Escrito por: Briseida Sánchez Castaño.

Me he preguntado insistentemente en estas últimas noches,  que códigos hay detrás del acto mágico más potente del que hemos sido testigos todos los seres humanos que han existido sobre la tierra, cómo hizo el vacío para que en medio de él se levantara  un cosmos  tan hondo y profundo, sin un fondo, sin paredes que lo limiten; cómo de la nada, de la ausencia, de la falta,  de la soledad más oscura que pueda imaginar, se alza este inconmensurable universo. Cómo ha sido posible que haya ocurrido un acto mágico tan asombroso y cuál es la verdadera  razón que nos trajo hasta aquí, cómo hizo el mismo vacío cósmico para producir miles y miles -que se convirtieron en infinitos cuando los quisimos contar- de galaxias, de estrellas, de soles, de tierras, de astros; cuánto no sabemos y cuánto no imaginamos,  y cuánto ni siquiera podemos intuir de todo lo que ha pasado detrás del telón , qué misterios encierra el cosmos que en este momento ni si quiera vislumbramos, cómo llegar a la muerte en paz sin haber descubierto los enigmas que causan nuestra existencia, cómo descubrir lo que significa este acto mágico, tan hechicero que de la inexistencia aparezca la existencia. En este momento quizá es que puedo comprender a los creyentes que ante la falta de una explicación verdadera  -de esta loca y absurda maravilla- crean la idea de que todo lo hizo un Dios pensante, es imposible para nosotros los seres humanos dejar algo sin poder explicarnos, la nada no nos satisface, es mejor tener alguna explicación que no tenerla.

Moriremos alguna vez sin poder descifrar todos los secretos del cosmos y es posible que esta civilización deje de existir antes de que descubramos todo lo que haya para saber y quizá una nueva humanidad comience de nuevo a investigar, partiendo del mismo lugar en el que nosotros comenzamos, pero nunca será suficiente una civilización para comprenderlo todo, se extinguirá la especie antes de que pueda saberlo y es como si el costo que hay que pagar por  tener conciencia  de que hay algo incomprensible  en ese secreto que guarda el verdadero origen de todo, es la imposibilidad de encontrar la causa auténtica que nos tiene aquí.

 ¡Moriremos todos alguna vez!, a veces quisiera gritarlo todo el tiempo sin parar, para que no se me olvide ni un instante que un día de estos ya no estaremos aquí y con nosotros morirá la conciencia de que hay algo escondido en ese secreto, algo grande, inteligente complejo e imposible de conocer verdaderamente, pero que existe y que nos tiene aquí, y solo por saber que existe ese secreto  es que ha valido la pena nacer para un día morirnos.