Bogotá, 9 abr (EFE).- Víctimas del conflicto armado clamaron este jueves por el cese de la violencia en convulsas regiones colombianas como los departamentos del Chocó y del Cauca, en el Pacífico, a donde temen que una eventual llegada de casos de COVID-19 empeore la situación de zozobra que viven por los enfrentamientos armados.
En el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, el líder social Leyner Palacios manifestó su preocupación porque en Bojayá, municipio del Chocó, la población “no puede quedarse en casa” durante la cuarentena decretada entre el 25 de marzo y el 27 de abril, pues “le toca huir del plomo”.
Palacios, ganador en 2017 del Premio Pluralismo Global por reivindicar los derechos y la lucha de las víctimas del conflicto, aseguró que en muchos pueblos del Chocó les toca enfrentar además “la pandemia” de no tener “acueductos, medicamentos, una medicina para atendernos”.
“Tenemos una cantidad (elevada) de ancianos y no sabemos el nivel de impacto que pueda tener (el COVID-19), lo que nos queda es básicamente pegarnos al santo para que esta pandemia no llegue a nuestros pueblos del Pacífico”, manifestó Palacios, quien participó en una sesión virtual del Congreso en la que senadores y representantes a la cámara escucharon a víctimas del conflicto.
El pasado 5 de abril, indígenas emberas del resguardo Pichicora, que forma parte del municipio de Bojayá, denunciaron que están confinados por enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
UN CONFLICTO QUE PERSISTE
La defensora de derechos humanos Francia Márquez, que vive en el Cauca y fue galardonada con el Premio Joan Alsina de Derechos Humanos en Barcelona el año pasado, aseguró que el conflicto armado aún está vivo en su región y eso hace más difícil, como en el caso del Chocó, mantener la cuarentena.
“Hay para quienes hoy, tristemente, el ‘quédate en casa’ no es una opción. No es una opción para muchas familias, muchas comunidades, debido a la reincidencia del conflicto armado y de la violencia”, aseguró Márquez, que en abril de 2018 obtuvo el Premio Goldman (equivalente al Premio Nobel del Medio Ambiente).
Márquez también manifestó en la sesión del Congreso que hay muchas comunidades que no tienen “la infraestructura para atender esta situación, si hemos visto lo que pasa en las ciudades no nos imaginamos lo que puede pasar cuando llegue a nuestros territorios”.
En Colombia hay 2.054 casos confirmados de la COVID-19, de los cuales 54 fallecieron y 123 se recuperaron. En el Cauca hay 14 contagiados.
El fin de semana pasado, hubo un sangriento ataque en La Consolata, una aldea de la localidad de Piamonte, en el Cauca, donde desconocidos penetraron en la vivienda de una familia campesina y fueron asesinados el padre de familia, identificado solo como Hamilton, y sus tres hijos pequeños, mientras que su esposa, María José Arroyo, está desaparecida.
VÍCTIMAS, EN EL CENTRO DE LA PAZ
En la conmemoración del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, el acuerdo de paz que firmaron en 2016 el Gobierno y las FARC estuvo presente.
El jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, dijo que para “el éxito del acuerdo de paz es imprescindible que quienes sufrieron décadas de violencia puedan disfrutar de los beneficios de la paz”.
“Es una prioridad asegurar que las comunidades y las víctimas estén en el centro de todos los esfuerzos de consolidación de paz”, aseguró Ruiz en Twitter.
Entre tanto, el senador del partido FARC Julián Gallo, conocido como Carlos Antonio Lozada en sus tiempos de guerrillero, espera que “los hombres y mujeres que firmamos el acuerdo de paz” sean “perdonados por los errores, las equivocaciones y los excesos que hayamos cometido en medio de la confrontación”.
“Tengan la certeza de que vamos a continuar firmes y consecuentes en nuestro compromiso como mayor garantía de no repetición”, apostilló.
