Por: IVÁN  ECHEVERRI  VALENCIA

En un país colmado de trifulcas en el que se presentan los hechos más dolorosos, inverosímiles e insospechados, que llaman la atención de propios y extraños, como son las reiteradas matanzas de líderes sociales, indígenas, niños y jóvenes;  con un agravante, que no hay quien las impida, parece que asistiéramos al realismo mágico de nuestro nobel de literatura Gabriel García Márquez.

El realismo” garcíamarquiano”, no para ahí,  como el hecho que se presentó hace pocos días, cuando un ciudadano intentó hurtar una funeraria llevando como arma un plátano.

Ahora bien, en el ámbito nacional estamos por cuenta del exsenador Uribe, genio y figura, que no descansa en su combatividad, secundado por un séquito de abogados y adeptos que han tenido en vilo al país durante años y más en los últimos días, sobre la suerte que podría correr el jefe natural del CD, por  causa de las demandas que han sido interpuestas por sus adversarios en Cortes, tanto Nacionales como en Tribunales Internacionales.  El melodrama, continuará porque es un tema de nunca acabar.

Si nos encaminamos al orden local, Macondo, se queda corto por cuenta del estruendo que han armado contra el Alcalde  Daniel Quintero, los salientes miembros de la Junta de EPM, y algunos Gremios y empresario. Sin querer quedarse por fuera del zipizape aparecen los políticos perdedores de las elecciones pasadas, que continúan en plena campaña en contra del Alcalde de Medellín, quien les ganó en franca lid, con un programa fresco, netamente social que cautivó a la franja de independientes, a centenares de  desempleados  y  jóvenes de la ciudad de Medellín.

Los vencidos en las elecciones y las élites, denominados dentro de la jerga paisa como los “cacaos” no han podido asimilar el golpe que les propinó un candidato independiente y popular.

Las difamaciones, descalificaciones, la utilización de toda clase de  ardides y mentiras contra Quintero Calle, van tornándose peligrosas, camino a constituir la ciudad de Medellín en todo un ring, agravado por las difíciles situaciones que viven hoy miles de ciudadanos, que no cuentan con un empleo, están aguantando hambre y no pueden estudiar.

Estamos sentados sobre un polvorín y, no quiero posar de ave de mal agüero, pero de continuar con esas trifulcas utilizando toda clase de afrentas, ardides, descalificaciones y bloqueos; es una irresponsabilidad, que nos puede llevar dentro muy poco a vivir una radicalización  de un problema, fácilmente evitable,  entre quienes apoyan al Alcalde y los que le impiden gobernar.

En cuanto al bochinche armado por la renuncia de los miembros  de la Junta de EPM, que traspasó las fronteras del departamento, al reprochar un procedimiento administrativo del Gerente, iniciado de acuerdo con sus facultades suscritas en los Estatutos, de llevar la representación jurídica de la entidad en toda clase de asuntos, deja más interrogantes que certezas.

El meollo de la divergencia con  la junta obedeció a no haberse consultado por parte del Gerente de la presentación de una  demanda de conciliación extrajudicial ante la Procuraduría General de la Nación, en contra de los actuales interventores y contratistas de la más grande hidroeléctrica en construcción en el mundo (Hidroituango), en una cuantía superior a los 9.9  billones de pesos, por presuntos errores de diseños y de construcción, que originaron en la obra retrasos y sobrecostos y una calamidad pública en la que se puso en peligro la vida de más de 200 mil habitantes de la subregión,  y desplazó de sus tierras y viviendas, a no menos de 80 mil ciudadanos de los municipios de la zona de influencia del proyecto y que aún muchos de esos damnificados continúan padeciendo graves aprietos.. 

El costo inicial de Hidroituango era de 9.6 billones de pesos y por las contingencias presentadas, retrasos y sobrecostos se estima que su valor estará cercano a los 20 billones; según la Contraloría General de la República, el recuperar esta cifra y encontrar el punto de equilibrio se requerirá hasta 120 años, en desmedro de las inversiones realizadas por la Gobernación de Antioquia y de la misma EPM. 

Las presuntas fallas en la construcción que han originado retardos en la entrega de la obra y sobrecostos billonarios, amerita que la Procuraduría y las Contralorías investiguen y diriman las causas y responsabilidades, si es del caso, de diseñadores, contratistas, interventores e inclusive de los mismos servidores de EPM.

No entiendo, el por qué, de la pataleta de los salientes miembros de la Junta, con el  Gerente y el señor Alcalde, cuando estos buscan defender  los intereses de EPM, de su socio la Gobernación de Antioquia, mediante el uso de un mecanismo alternativo que está  fijado en la ley para la solución directa de conflictos con contratistas e interventores.

El Alcalde Daniel Quintero, después de una reunión con el Presidente de la República, se “patració” de continuar con la conciliación, dejando a todo el mundo estupefacto, si fue una metida de pata o le tocó ceder antes las presiones de toda índole y ataques de sus más encarnizados enemigos.

Los miembros de la Junta saliente me merecen todo mi respeto, no obstante no comprendo su actitud “infantil”, de haber renunciado en momentos cruciales para el futuro de EPM y de Hidroituango.

Al Alcalde Quintero, le ha correspondido lidiar con toda clase de imponderables como es el caso de la pandemia, que ha golpeado duramente a la ciudad, y muchos otros problemas en la que se encuentra la “joya de la corona” como lo es las Empresas Públicas de Medellín.

No podemos olvidar que los nuevos gobernantes nacionales, regionales y locales, gozan de todo el derecho y autonomía para cumplir con su Planes de Gobierno y, así mismo conformar sus equipos  con las personas más idóneas, desprovistas de cualquier clase de intereses y de su estricta confianza.

Ante la rebelión, no de “las canas” sino  de los “cacaos” de Antioquia, se espera que obre la inteligencia y el amor por la tierra, el perseguir a un Alcalde elegido democráticamente que no ha cumplido 9 meses desde su posesión, es todo un exabrupto en el que salimos perdiendo todos.

 Con la nueva Junta se debe suscribir un código de buen gobierno, donde se condene de una vez por todas la puerta giratoria en que, al parecer, se ha convertido EPM; se garantice la ética, la independencia, la transparencia y que todos sus miembros y los funcionarios estén  desprovistos de cualquier tipo de intereses.  

La administración de Medellín debe continuar con sus planes y  programas, estas pequeñas escaramuzas, no pueden convertirse en un obstáculo para continuar con el trabajo emprendido por la ciudad y sus gentes.

4 Comentarios

  1. Álvaro Uribe para mi ha sido el mejor líder que ha tenido Colombia en los últimos años, pero llegó la hora que nos deje en paz y se vaya en paz a descansar, en cuanto al alcalde Quintero, es un hombre joven con otros aires que espero sean buenos, transparentes y no politiqueros, es una buena esperanza en medio de este mierdero de políticos y empresarios ambiciosos que quieren seguir ordeñando a EPM.

  2. Ponderada y realista la columna de Iván Echeverri..es justa con la labor que está tratando de adelantar el alcalde Daniel Q..es que en este terruño hay muchos intereses y egos de los cacaos.secundados por el partido de oposición CD que se empeña en una guerra sucia contra el alcalde..

  3. Por algo chillan los marranos se le acabará la aguamasa, EEPPM, ha sido un ente si control que han abusado de el acosta del pueblo.

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