“Cuando odias, generas un odio recíproco. Cuando los individuos se odian unos a otros, el daño es finito; pero cuando grandes grupos de naciones se odian, el daño puede ser infinito y absoluto. No vuelvas a caer en la idea de que aquellos a los que odias merecen ser odiados. No sé si alguien merece ser odiado, pero sí sé que el odio a aquellos que creemos que son malos no es lo que redimirá a la humanidad.”

Bertrand Russell

Por: Jaime Humberto Ramírez Cadavid

¿Cómo alcanzar la paz total?

En relación a la pregunta expuesta y a título ilustrativo nos muestra la realidad en Colombia frente al proceso de paz, de la ley 418 de ley total, en sus componentes más importantes se platean:

  • Alcanzar la paz
  • Establecer las regiones o territorios de paz y
  • Promover un modelo de convivencia pacífica.

Dentro de este orden de ideas, nos lleva a pensar a colocar nuestros problemas actuales frente al conflicto colombiano y sus ideologías fracasadas, en un marco muy impersonal y afrontarlos con menos calor , pasión, fanatismo ,polarización, en efecto, con menos odio,  menos enojo de lo que es frecuente y cuando son considerados solo en su contexto actual, de esta manera dejar tantas pasiones  y de sus efectos sobren el destino de Colombia y comprender cómo vamos a convivir en adelante ,de hecho, que nos puede ayudar a disipar y en lo esencial a buscar el camino de la razón y del sentido común en los asuntos humanos.

“Lo trascendental del ser humano, cómo ser que válida la dimensión axiológica de la sana convivencia “se trata de entender la responsabilidad a lo qué estamos llamados como seres racionales, pensantes y desligados de lo simplemente emocional; en este sentido se comprende que la razón tiene un significado claro y preciso, significa la elección de los medios adecuados para lograr un fin que se desea alcanzar, no tiene nada que ver con la elección de los fines. Visto de esta forma, el papel que juegan las emociones con las pasiones, son las únicas causas posibles de la acción -la razón no es la causa de la acción sino solo un regulador -.

Cuando la mayoría de nuestros actos se derivan de la emoción, corremos el grave riesgo de poner la vida en peligro, incluyendo la desarmonización de los otros, si no se acude primero al pensamiento, a la racionalidad, no tiene sentido nuestra acción.

Pensamiento – Emoción – Acción, es la ruta para una convivencia sana. La verdadera bondad del ser se encuentra guiado por los principios éticos, sin esperar recompensas. Reflexionemos sobre nuestras motivaciones y pasiones al hacer el bien. ¿Lo hacemos por el bien común o buscamos algún tipo de ventaja personal?  

Con el siguiente ejemplo metafórico trataré de explicar que sucede con la paz total: “jóvenes pregúntenle a su profesor de Historia cuando el muro de Berlín cayó,  ¿Hacia qué lado corrió el pueblo? Y la respuesta tiene que ver como el pueblo no tiene esa confianza y esperanza  frente a la paz total, ya que esa esperanza se confunde en ese miedo y odio dentro de lo que es la lectura de la guerra y   cada uno lo lee desde su contexto -territorio y desde su punto de vista y percepción. ¿Son todas las emociones humanas necesariamente malas? Se necesita es amor y actitud de cambio desde el corazón y la razón para fortalecer la responsabilidad de vivir en una sociedad abierta;  una política sin amor es un arma destructora, se necesita amor y compasión para cultivar la bondad desinteresada a buscar la virtud por sí misma, conectándonos con una esencia más elevada de humanidad.  Esta emoción ni cruel, ni destructiva no resulta atractiva para los apóstoles rediles de la sinrazón.

Hay varios motivos que pueden llevar a la gente a odiar la razón en pensamientos incompatibles, sin coherencia (paz vs voluntad) Con tanta intoxicación política y los diferentes actos emocionales de la mayoría de nuestros líderes políticos, adquieren su posición para lograr que  un gran número de personas (individuos)  creen que estos  rediles se muevan por deseos altruistas; bajo la influencia de la excitación, y la oratoria de las multitudes, aprovechando la emoción de  efervescencia y calor o el momento de la irracionalidad.

En este orden de ideas  es necesario el conocer, para fundamentar el pensar y desatar la emoción, aunque las emociones sean fuertes, no siempre son destructivas que no conduzcan  al autoengaño ya que sea al propio o al de otros  -somos  los otros- y actuar como seres racionales, entender de que no es suficiente actuar por la lógica normativa tenemos la obligación de actuar por convicción y compromiso, aplicando en la vivencia permanente una simple regla de tres: Pensamiento -Emoción -Acción. Se ha regulado la convivencia desde la normatividad, de esta manera los individuos somos producto de la normalización institucional y social desde la familia, la escuela, la iglesia y la empresa  para formar parte de una sociedad productiva y moldeada convencionalmente que nos llevan a comportamientos y conductas sociales que nos clasifica controla y regula como personas de una sociedad degradada y digo degradada, porque las conductas deben ser innatas del ser humano, no impuestas u obligatorias, es decir, el hacer bien las cosas, o el actuar de manera responsable y respetuosa debe ser  por convicción de manera voluntaria.

Para alcanzar esa paz total en nuestro país se debe fundamentar en  la educación y  la acción pedagógica entre familia y  escuela,  la familia como primer territorio de paz  y la escuela como primer laboratorio de paz; como función mediadora que propicie ese equilibrio del entorno cercano, en el contacto con la realidad que puede estar reflejado en ese laboratorio de paz (escuela) como la maravillosa experiencia donde la escuela es la mejor radiografía etnográfica de nuestros territorios,  donde  se trabaja, se estudia, se divierte, se conoce, se ama y se respeta. Por lo tanto, la escuela será cada vez mejor en la medida en que cada uno se comporte como compañero, como amigo,  como hermano, lo importante en la escuela no solo es estudiar, no es solo es trabajar,  es también crear lazos de amistad y empatía , es crear un ambiente de camaradería, es convivir, es unirse (somos los otros). Una escuela que se convierta en un entorno protector, en  el laboratorio de paz, donde su currículo sea un medio para transformar la sociedad y un laboratorio de vida,  promoviendo el diálogo, la reflexión y la acción transformadora de la escuela humana, que se fundamenta en el arte de amar y vivir en armonía.

Una educación con sentido, se convierte en ese medio adecuado para promover el modelo de convivencia pacífica,  que nos conduce a la ruta o bitácora de los dos caminos de la convivencia en la escuela humana, el primero  que nos lleva a descubrir aquello que nos hace parecidos,  el segundo que nos lleve a respetar sus diferencias. Toda esta reflexión nos permite tener esa visión humanista  de lo racional y el respeto como sinónimo de paz, así este país tendría lugar para el amor, la amistad, la empatía, la búsqueda del arte y el conocimiento.

“Si todos nos damos las manos, ¿Quién sacará las armas?” Bob Marley.

 

Jaime Humberto Ramírez Cadavid

Esp. en Ciencias Políticas y Económicas.

Asesor de Calidad educativa.

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