Por: Balmore González Mira

Y digo a las mascotas porque la fauna silvestre no lo es. Las mascotas son los animales domésticos, jamás los domesticados, que realmente no lo son, si no que son o están  secuestrados o por decir lo menos, esclavizados al servicio de unas ínfulas primitivas de seres inclementes, inconscientes e irracionales.

Cada día en el mundo crece el amor, el respeto y la defensa de los animales; la declaratoria de seres sintientes los ha visibilizado, los defensores de sus hábitat y la conciencia creciente de tener mascotas luego de ser recibidas en adopción, las hace aún más amadas y admiradas. El principio que debe regir es el de tener mascota y tenerla bien tenida o no tenerla, unido al de jamás tener como mascota fauna silvestre.

Las campañas de esterilización de mascotas cada día están más necesitadas de ayuda y conciencia colectiva, no podemos promover la superpoblación de ellas y mucho menos contribuir a su maltrato después de tenerlas.

Igual sucede con las campañas de rechazo y denuncia del tráfico y secuestro de fauna silvestre, son muchas las personas unidas ayudando, pero también muchas las que trafican ilegalmente estas especies, y pocas las judicializaciones y condenas por estos hechos.

La pólvora es otro elemento de maltrato de todo tipo de animales, domésticos y silvestres, creíamos que se había generado suficiente raciocinio colectivo para no utilizarla, pero estos días de diciembre nos van mostrando otra cosa y otros resultados. Nidos de pájaros abandonados, mascotas sordas, ciegas, desorientadas e infartadas; animalitos de todo tipo atemorizados y maltratados. Y por consiguiente unos humanos irracionales quemados o lo que es peor,  produciendo las quemaduras de otros seres inocentes, entre los cuales ya se cuentan varios niños.

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