Por Iván de J. Guzmán López – Periodista – Escritor

El 21 de agosto de 2020, nuestro buen colega y amigo Roger Vélez Castaño, en su muy exitoso programa Sinergia Informativa, nos contaba que: “El alcalde de Envigado, Braulio Espinosa, no está de acuerdo con la propuesta del gobernador (E) de Antioquia, Luis Fernando Suárez, de poner en marcha la estrategia “5/2”, consistente en los dos días de este fin de semana y los siguientes, de encierro, por cinco días de productividad. Braulio Espinosa dice que tiene varias razones para oponerse, pero la principal responde a una demanda humanitaria: está convencido de que el cierre de empresas y la pérdida de empleo ha ocasionado una gran crisis económica, social y humanitaria en Colombia, en Antioquia, en el Valle de Aburrá y, por supuesto, en Envigado. Asegura que no es responsable el mandatario que quiera tener a las familias en cuarentena, cuando existen situaciones agravantes como el corte de sus servicios públicos de energía y gas”.

Sin duda, Envigado, mediante su alcalde Braulio Espinosa Márquez, nos da una lección de ética social y administrativa, al pensar, planear y actuar en favor de la comunidad. En sus declaraciones (y actuaciones), se descubre que está lejos del actuar de simples mandatarios de bolsillo, o que llegaron al cargo por una jugada (afortunada para ellos) del destino, pero desafortunada para miles de ciudadanos. Nos complace saber que en Envigado, el ciudadano es tenido en cuenta, interpretado correctamente, siente que hay un gobierno que lo representa; palpa que la plata que paga de impuestos se están invirtiendo de manera necesaria y que sus prioridades son escuchadas sin necesidad de manifestaciones, trapos rojos ondeando, o demostrando violencia en las calles.

“… La cifra de hogares (envigadeños) con corte de energía es cercana a los 1.200 y con corte de gas, supera los 1.100. Por eso, a una familia sin empleo, con la nevera vacía y, adicionalmente, sin energía y sin gas, no puede un mandatario ordenarle que se quede 48 horas encerrada: ¡eso es inhumano!”, enfatiza el alcalde Espinosa Márquez.

Esta realidad, predecible, sentida, dolorosa, que se advierte en Envigado (el municipio modelo de Colombia, valga anotar), no se puede desconocer y eludir, tal y  como lo han hecho irresponsablemente muchos alcaldes y gobernantes, cuya máxima actuación, antes de roncar tranquilamente, es emitir decretos de confinamiento sin pensar en que ese ciudadano que está bajo su mando y jurisdicción, no cuenta con un mínimo vital como son los servicio públicos y la alimentación. ¡Hasta los privados de la libertad por tal o cual delito, gozan de estos bienes!; pero la escaza o nula sensibilidad social de algunos mandatarios, se convierte en la gríngola que les impide ver esta triste realidad. Para alertar a sus colegas que padecen ceguera social, política y administrativa, advierte el alcalde envigadeño, que: “los mandatarios ya están frente a la delgada línea que los separa de proteger a la gente de la pandemia o exponerlos a la vulnerabilidad social y económica que los arrastre a la crisis humanitaria”.

Y termina la crónica de nuestro compañero Roger Vélez, anotando que “el alcalde de Envigado invita a cambiar la estrategia o que el Gobierno Nacional se comprometa garantizando la dignidad de los colombianos y, en su caso, de los envigadeños, que deban quedarse obligatoriamente encerrados. Se refiere, entre otras, a satisfacción de necesidades básicas como la de conservar sus servicios públicos, ordenando a empresas prestadoras como EPM, suspender su intención de cortar energía y gas a más de dos mil familias”.

Para terminar, acotemos que Braulio Espinosa, dice rotundamente que: “es absolutamente necesario que su Administración actúe humanitariamente, pues de parte del Gobierno Nacional sólo ha recibido  252 paquetes alimentarios. De ahí la satisfacción de ya haber entregado, con recursos del Municipio, 4.200 mercados; este miércoles, 22 de abril, entregará otros 4.200 mercados y espera entregar otros 15.000 en próximos días con las donaciones obtenidas mediante el “Mercatón Solidario por Envigado”. Ahora serán 8.000 millones de pesos -todos recursos propios del Municipio, con fundamento jurídico en los decretos legislativos de Gobierno Nacional-, los que permitirán subsidio en Acueducto durante seis meses para el estrato 1 (80%) y estrato 2 (50%) y dos meses para el estrato 3 (15%). En Alcantarillado, estrato 1 (80% – seis meses), estrato 2 (50% – seis meses) y estrato 3 (15%). Y en Aseo, hasta el 31 diciembre de 2020, para los estratos 1 (80%), 2 (50%) y 3 (40%)”. Adicional, está seguro que el Concejo de Envigado analizará, debatirá y aprobará el Proyecto de Acuerdo, de su iniciativa, mediante el cual la Administración busca entregar subsidios transitorios en el pago de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, a los estratos 1, 2 y 3.

El presidente del Concejo de Envigado, Bernardo Mora Calle, está convencido de que el Proyecto de Acuerdo se aprobará, máximo el martes 28 de abril. El alcalde Braulio Espinosa espera que así sea, sin dificultades políticas y sin ruido en la opinión pública, pues estos subsidios para 16 mil familias están fundamentados jurídicamente, cuentan con el acompañamiento técnico de EPM y responden a la calamidad pública que están viviendo miles de envigadeños por cuenta del virus Covid-19.

El 97.2% de los envigadeños (según la encuesta realizada por la firma Pronósticos sobre el manejo que los alcaldes metropolitanos han dado a la crisis sanitaria), aprueba la actuación de su alcalde, secundado responsablemente por el doctor Bernardo Mora Calle, presidente del Concejo municipal.

Aunque no estamos en Dinamarca, y mucho menos en Nueva Zelanda, la tierra de mi amigo el poeta Ron Ridell, donde la calidad de vida y el respeto por el ciudadano son superlativos, sí estamos en una situación de pandemia, llevamos 5 mese padeciéndola, y es claro que los recursos del Estado (como ocurre cuando los bancos “se declaran en crisis” y son entregados a ellos como “salvavidas”), deben volcarse hacia los ciudadanos inermes, sin ninguna posibilidad de producir, víctimas de la angustia, el encierro y la cascada de decretos que restringen libertades y oportunidades para salir a librar la batalla contra otras pandemias que ya se antojan peores: las pandemias del hambre, el desamparo, la violencia social, el desequilibrio psicológico y la muerte.

El sólo decreto de confinamiento, como única medida para enfrentar la crisis, da cuenta de mandatarios torpes, sin visión científica del problema, sin ningún respeto por su comunidad  y nulo fundamento de la sociología de masas o de población. Se puede enfrentar la pandemia del coronavirus con medidas sanitarias exigibles, con imaginación, con fundamento jurídico y con visión humanística y social, como es obligación de todo buen gobernante. Lo triste del asunto en Colombia, pasa por la escasez de buenos gobernantes. Abundan cacasenos en las líneas de poder.

Así las cosas, sólo nos queda ofrecer nuestras felicitaciones al doctor Braulio y al querido pueblo de Envigado, cuna de ilustres antioqueños, empezando por el gran don Manuel Uribe Ángel.