Félix Alfázar González Mira

Le escuchaba en una conferencia al escritor Willian Ospina decir que un académico francés señalaba que para conocer a América Latina era suficiente con venir a Colombia. Que si buscaba mar no necesitaba viajar a las islas del Caribe, si océano Pacífico no requería ir a países vecinos, si cordilleras andinas no desplazarse al sur con Perú y Chile, si se deleitaba con selvas amazónicas y de la Orinoquía no pensara en Brasil o Venezuela; si culturas indígenas, México y Guatemala no deberían estar en su itinerario, en fin, que todo resumido lo encontraba en nuestra bella geografía nacional.

Igual ejercicio podríamos realizar de Antioquia para conocer a Colombia. Somos como el crisol que encierra, interpreta y al que concurren todas las características fecundas y vitales de la nacionalidad colombiana. Tenemos llanuras, selvas, laderas fértiles, mar, dos cordilleras andinas, los dos ríos más importantes del país, la represa Guatapé-El Peñol, páramos, parques naturales, actividad productiva diversa en agricultura y ganadería, climas desde el nivel del mar hasta páramo alto, comunidades étnicas; la única Santa colombiana nació en Jericó, vivió en Amalfi, Medellín y Santa Fe de Antioquia y desarrolló su apostolado de catequización indígena en Frontino y Dabeiba. Todo para turismo étnico y religioso.

En fin, Antioquia interpreta a Colombia y a buena parte del mundo tropical. Dicen que somos muy similares en talante y geografía al País Vasco del norte de España y sur de Francia.

Todo ello lo viví en la feria ANTIOQUIA ES MÁGICA que con juicio acertado programó la gobernación de Antioquia en Parques del Río permitiendo que todos los municipios tuvieran el espacio para exponer y vender sus potencialidades turísticas.

Digo que con juicio acertado porque se siente que el gobierno nacional ve en el turismo un filón importante para generar empleo, desarrollo e ingreso. Y va en la dirección correcta en esa materia. Hace veinte años cuando el presidente Alvaro Uribe llegó a la presidencia encontró un estado fallido divido en poderes paramilitar y guerrillero, ingresando solamente 300 mil extranjeros entre negocios y turismo. Los resultados de la política de seguridad democrática transformaron el país en todos sus indicadores. Ya en el 2010 ingresaron más de 2 millones de extranjeros al país. Para este año en el primer semestre han viajado 2 millones aproximadamente esperando igualar a la época de prepandemia, 2019, con 4 millones de visitantes.

El gobierno de Aníbal Gaviria interpreta estos nuevos tiempos. Medellín hoy es la segunda ciudad receptora de visitantes extranjeros desplazando a Cartagena y siguiendo a Bogotá; y entiende que todo el departamento debe equiparse para que por sus arterias y venas se desplace el torrente de turistas que encontrarán la magia en todos los rincones de Antioquia. Con mayores veras cuando la ambiciosa meta del gobierno del presidente Gustavo Petro es llegar a los 12 millones de visitantes al dejar su gobierno.

Las regiones, entonces, tienen que estar preparadas para esa avalancha convirtiéndose en unas aceleradoras de la ejecución de la política nacional y simultáneamente, preparando su territorio para la recepción del mundo entero. En eso el gobierno de Antioquia está dando pasos en la dirección correcta.