MARÍA PÉREZ VALLEJO
Ayer me presenté en el Festival de Nuevos Talentos de la Débora Arango como solista del nivel básico del programa de Técnica Vocal.
Antes pensaba que cantar era fácil, que cualquiera podía hacerlo bien. Mentira. Requiere constancia, dedicación y autoconocimiento. Como decía una profe ayer, la voz es un instrumento que no se ve, por ende, debemos conocerlo en nuestra mente para que pueda salir bien a través de nuestra boca.
Cantar bien no debe ser una meta: cuando se logra la meta, se pierde el propósito. Debe ser un proceso que se disfruta, en el que, a veces, todo saldrá bien y, otras, habrá errores, y esos errores también se deben abrazar, porque son los que impulsan a querer mejorar.
Quise compartir este video no porque haya sido impecable mi presentación (me falta tanto por recorrer en un camino que apenas comienzo), pero sí porque por primera vez canté en un escenario, con personas -en su mayoría- desconocidas para mí, y lo hice sin entrar en pánico, sin olvidar/cambiar la letra, sin que se cortara mi voz, sin perder la consciencia del momento pleno en mente y cuerpo. Lo logré sin pensar en cuál sería el resultado final. Porque el resultado deseado ya lo tenía: disfrutar el momento.
María niña, que cantaba frente al espejo del baño, se siente muy orgullosa por haberme visto cantar en frente de las tres personas más importantes de mi vida y de un lindo público respetuoso y alentador.
Gracias a mis papás, que creen en mí y me escuchan con oídos de amor; a mi esposo, que me corrige, con un oído crítico atento al más mínimo detalle; a mí profe Aleja, que es tierna, dedicada y enseña con amor; a Pauli, que fue mi primera profe y que la adoro, pero que la distancia nos impidió tener clases presenciales; a Nati, que me ha prestado su micrófono infinidad de veces, creyendo en mí.
Ayer mis compañeros cantaron precioso. Son talentosísimos y muy valientes dando un gran paso para perder el temor.
Deseo nunca perder mi capacidad de asombro ante el talento ajeno, conservar mi criterio, pero que con él jamás le quite el mérito a las personas que se atreven a vencer el miedo de mostrar al mundo de lo que son capaces.
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