Por: Jaime Humberto Ramírez Cadavid – Especialista en Ciencias Sociales y Políticas – Consultor y Asesor en Calidad Educativa

Cuando se inicia un proceso electoral en una nación, los electores le apuestan a un candidato según sus intereses y perspectivas, pero como toda contienda electoral en Latinoamérica, esta solo se basa en promesas, rompiendo las ilusiones de un pueblo más anhelante de cambios trascendentales en lo social y  lo económico Es un modelo político ya desgastado, planes de gobierno endulzantes, mentiras verdaderas, promesas salvadoras, mercadeo capitalista de votos, todo esto ha generado en la población abstención, desconfianza y por eso unos pocos terminan votando por gobernantes inconcebibles.

Tantos candidatos, múltiples promesas todas infructuosas, múltiples y coloridas campañas, todos se hacen pasar por mesías salvadores, aparentemente “encarnando” al pueblo, prometen devolverle la paz y el poder y librarlos de las élites. Sospechar un poco en estos tiempos de la política, es no tragar entero, es no caer en el juego del populismo arraigado, es imperante responsabilizarnos de nuestra función como ciudadanos, seres cívicos, es necesario realizar un análisis exhaustivo sobre los candidatos, sus antecedentes, su trayectoria, su desempeño y cumplimiento, es no caer en sus trucos maquiavélicos, que verdaderamente nos llevan al borde del abismo, como paradójicamente, lo expresa el meme:

los gobiernos anteriores nos tienen al borde del abismo, por eso conmigo, todo va a cambiar, los invito a dar un paso adelante

 Frente a esta paradoja, los tiempos vividos, las costumbres políticas y sus legados en los que vivimos actualmente, están intoxicados y han intoxicado la sociedad, al punto que está agotada y desgastada, una sociedad que no florece por no aprovechar los recursos que ese tiene para hacerlo. Hay que despertar, sospechar de todo lo que se hace en la política, de esas formas de organizar y ver la realidad política, ver, escuchar y analizar sus debates, escenarios cargados pobremente de bases filosóficas e intelectuales, con gran desconocimiento de la realidad, escenarios donde nos han manejado un miedo y que con urgencia nos invitan a cambiarlo todo, escenarios que más bien, parecen un reallity show.

Estos son episodios lamentables para el país, debate con tinte farandulero, con maquillaje y libreto, se convirtieron en hacer el ridículo, caricaturizando los temas y problemas, los cuales requieren un análisis serio y complejo y de discusión permanente. Y lamentable es que los medios de comunicación se prestan para este tipo de espectáculos, importando solo los índices de audiencia.

Y esta fecha electoral, de congresistas, y coaliciones para presidenciables, no es diferente, ni es la excepción; tenemos candidatos que desarrollan un Ego absurdo, con un desconocimiento de todo, como diría Richard Dawkins: desarrollan un gen egoísta” de ahí la necesidad, con entera responsabilidad de saber elegir este domingo, no dejarnos manipular, intoxicar, ni permitir que nos sigan condicionando nuestros puestos y nuestros beneficios por un voto.

Se pasa de la ironía, a la agonía del presente, las políticas actuales han dejado de centrarse en los sujetos, para transformarse en la acumulación de poder y de manipulación, solo una cosa es necesaria entrar en los rituales del olvido, el olvido como lo manifestaba Borges. “Solo una cosa no hay, es el olvido.”

El olvido como mecanismo para soñar otros tiempos y empezar a invitarlos a entender ese devenir político. Aun no todos somos conscientes del poder: ¿Qué?  ¿Cómo?, ¿dónde? ¿Para qué y Cuándo?  .3

Los rituales del olvido no son menores, recordemos que los griegos lo intentaron con Lete, luego de pasar por dichas aguas se olvidan del propio pasado y ya no se tiene futuro. No entrar en ese letargo de los griegos            , es tener en cuenta este presente político para mirar hacia el pasado, el muerto ya podrá vivir en este eterno presente, paradójicamente usado en la política de algunas regiones, el muerto ya podía vivir en este presente.

Para acabar la intoxicación en la política se requiere desarrollar una gran pedagogía política, una gran revolución de cambio y romper los paradigmas políticos. Implementar nuevos hábitos políticos que nos llevan a modificar la visión de nuestros modelos y una serie de acciones con el fin de reducir la contaminación política que nos gobierna, como:

  • Hacer obligatoria la publicación y divulgación de la hoja de vida de los aspirantes; la publicación y divulgación de la declaración de bienes y rentas de los aspirantes. 
  • Hacer obligatoria la publicación y divulgación de conflictos de interés de los aspirantes.
  • Endurecer las sanciones a los partidos políticos y sus dirigentes que avalen candidatos a puestos de elección popular que resulten condenados por hechos en investigación al momento que se le brindó el aval al candidato.
  • Promover la censura ciudadana y el voto castigo frente a candidatos que enfrentan serios cuestionamientos, especialmente aquellos a quienes se acusa de corrupción o vínculos con grupos al margen de la ley.
  • Establecer un límite máximo de mandatos en los cargos políticos (evitando que la política sea un modus vivendi)
  • Hacer uso de los mecanismos de participación ciudadana.
  • Eliminar instituciones que lo único que hacen es empobrecer más a la nación
  • No permitir la reelección de candidatos en el congreso, y así podríamos mencionar tantas otras que nos servirán.

 

Es fundamental pensar en elegir, más no en votar

¡Hay que despertar!