Colombia necesita líderes que una vez asuman la posición que la democracia les otorga, olviden las consideraciones de carácter personalista y de tipo partidista y dediquen lo mejor de sí mismos en favor de los intereses del pueblo; líderes que sean verdaderos representantes de la comunidad, de la paz, la reconciliación y el cambio”.

Autor: Héctor Jaime Guerra León*

Ahora que se están avecinando los comicios que le permitirán a las comunidades de Colombia renovar los cuadros directivos locales y seccionales, se hace de especial importancia que quienes aspiran a asumir el compromiso de orientar los destinos ciudadanos, ya en calidad de concejales, alcaldes, diputados o gobernadores, empiecen a proyectar su pensamiento y especialmente a mostrar sus propuestas, para que los electores tengan la oportunidad de -conocidos no sólo los planes y programas, sino también quiénes son sus inspiradores- elegir a los mejores, dado que las inmensas dificultades que está atravesando nuestro país exigen la participación, en la búsqueda de soluciones, de sus mejores hombres y mujeres, para que lideren procesos sociales, económicos y políticos que empiecen a sacar a las comunidades, al igual que a las instituciones, del caos social, económico y/o administrativo en que algunas de ellas se encuentran, por falta de liderazgo o de verdadero compromiso de sus dirigentes.

Para esa misión se requieren verdaderos líderes. Hombres y mujeres comprometidos con el cambio y con la asunción de auténticas proyecciones que permitan a los ciudadanos (administrados) recobrar la confianza en su dirigencia, en su gobierno, en sus instituciones y en su porvenir.

Hombres y mujeres que tengan un profundo sentimiento social y total comprensión de lo que son las falencias y necesidades del pueblo, para que una vez asuman el comando de las acciones, que le son asignadas a un gobernante, no olviden los retos que se hayan propuesto y se dediquen a trabajar -seria y decididamente- en procura de satisfacer las expectativas que han generado en sus electores y ciudadanía en general.

Se requieren líderes que no solo sepan auscultar la voluntad de las gentes, sino que, además, tengan un amplio conocimiento de la problemática social y de los diversos tópicos que les tocaría afrontar al ser elegidos; dirigentes con un sincero sentido de pertenencia, de compromiso y de capacidad que les permita actuar en consecuencia con las exigencias impuestas por las circunstancias que les toque intervenir y afrontar en el ejercicio de sus funciones y, especialmente, en tiempos tan complejos y difíciles como los que están por llegar y los cuales habrá que asumirse con prontitud, serenidad, carácter y sabiduría.

Antioquia y Colombia, al igual que hasta la más humilde de las comunidades que habitan nuestro hermoso país, requieren líderes comprometidos que tengan no sólo la fuerza e integridad que se requiere para deponer intereses individuales, de grupo o de partido, sino que tengan también la inteligencia y la grandeza –ética y moral- suficiente, para trabajar ardua y mancomunadamente, buscando sólo el bienestar y mejoramiento de las necesidades colectivas, sin tener en cuenta consideración distinta a la de hacer que de una vez por todas emprendamos el recorrido por el sendero de tolerancia y el diálogo que nos permitan obtener la Paz, el progreso, más justicia social e igualdad entre todos los colombianos cualquiera sea su condición económica, racial, social, creencia política y/o religiosa. Líderes que verdaderamente entiendan y se comprometan a hacer posible que el bienestar que el Estado y la Sociedad deben a la comunidad, es para todos en condiciones de equidad y de igualdad y no para un pequeño puñado de privilegiados, como suele suceder en no pocos casos y territorios de nuestra amada patria.

Necesitamos líderes que una vez asuman la posición que la democracia les otorgue, olviden las consideraciones de carácter personalista y de tipo partidista y dediquen lo mejor de sí mismos en favor de los intereses del pueblo. Necesitamos líderes que sean verdaderos apóstoles de la comunidad, de la paz, la reconciliación y el cambio. Colombia y Antioquia entera los están necesitando.

*Abogado. Especialista en Planeación de la Participación Comunitaria; en Derecho Constitucional y Normatividad Penal. Magíster en Gobierno.