Bogotá, 5 oct (EFE).- El acuerdo de paz firmado hace cuatro años por el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC fue trampolín de cinco iniciativas actualmente en marcha para el cuidado de los recursos naturales como alternativa de desarrollo sostenible, informó este lunes la Fundación Compaz.

Los cinco proyectos conciben el acuerdo como una oportunidad para el fortalecimiento de alianzas y el mejoramiento de las condiciones en las regiones, señaló la Fundación Compaz, creada por el expresidente y Premio Nobel de Paz Juan Manuel Santos.

“La Fundación cree que la paz se está construyendo en los territorios de forma diversa y creativa, lo que amerita que se reconozca el esfuerzo de estos proyectos, visibilizarlos y apoyarlos para avanzar en su sostenibilidad”, dijo a Efe la directora de la Fundación, Paula Gaviria.

PROTEGER EL BOSQUE

Una de esas iniciativas es el Consejo Comunitario de Comunidades Negras de la Cuenca del Río Tolo y Zona Costera Sur (Cocomasur), que en el selvático departamento del Chocó, en la región del Pacífico, protege más de 13.400 hectáreas de bosque y ofrece oportunidades para que los pobladores se queden en su tierra.

Con más de 10 años de trabajo, esta organización se convirtió en la máxima autoridad de administración y manejo dentro de ese territorio colectivo para promover, por medio de nuevas metodologías y bajo el Estándar de Verificación de Carbono, el rescate de la identidad cultural, el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo integral de las comunidades.

Gaviria destacó que estas iniciativas deben ser rodeadas y acompañadas para que sus proyectos, que todavía pueden estar bajo la amenaza de grupos armados y de emergencias como la pandemia del coronavirus, sigan siendo sostenibles.

La Fundación también destaca a el trabajo de la Asociación de Productores del Guaviare (Asoprocegua), que agrupa a 175 socios y desde hace 20 años explota de manera sostenible productos no maderables y frutos amazónicos como el açaí, para buscar alternativas que alejen a las comunidades del conflicto armado.

Asoprocegua se asoció con ingenieros y emprendedores del proyecto empresarial Selva Nevada para un plan de sustitución de cultivos y la construcción de una planta de procesamiento de açaí, lo que genera alternativas a la ilegalidad.

Estas iniciativas se llevan a cabo en zonas de conflicto y con baja presencia del Estado, por lo que apelan a la solidaridad de la sociedad para proteger la biodiversidad y el medioambiente.

“Esto genera protección para las mismas comunidades porque hay empleo, se fortalecen y generan alianzas para trabajar. Esto es una especie de blindaje para estas comunidades contra las personas que están buscando afectarlas o amenazarlas”, agregó Gaviria.

OPORTUNIDADES PARA LA PAZ

Wuasikamas, un emprendimiento del pueblo indígena Inga, en el sur de Colombia, trabaja desde hace 15 años en la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos y desde entonces mantiene una iniciativa de desarrollo económico anclado en el cultivo de café y arveja.

La Fundación destaca que gracias a Wuasikamas en 2003 la comunidad recuperó legalmente 22.283 hectáreas del territorio ancestral y en 2004 eliminaron por completo todas las plantaciones de amapola como parte de un plan integral que incluye la producción de granadilla, de trucha y de gallinas ponedoras.

Con Guardianes de la Selva y Forjadores de Paz, iniciativas de la Institución Educativa Rural Monserrate, de Cartagena del Chairá, en el departamento de Caquetá, emprendedores lograron que padres de familia, estudiantes, profesores y organizaciones ambientalistas se unieran en torno a la defensa y cuidado de los bosques y la fauna después de la firma del acuerdo de paz.

El programa puso en marcha el Proyecto Educativo Ambiental para hacer frente a la destrucción de la selva y al cambio climático mediante el fortalecimiento de los recursos naturales y la detección de riesgos como los incendios forestales.

La quinta iniciativa es Caguán Expeditions, de exguerrilleros de las FARC para la práctica del “rafting”, el senderismo y el avistamiento de aves, con lo cual ponen sus conocimientos de la zona al servicio del turismo ecológico.

El año pasado, con su equipo Remando por la Paz, cinco exguerrilleros y tres miembros de la comunidad de Miravalle (Caquetá) representaron a Colombia en el Mundial de Australia y hoy le dan un nuevo aire a San Vicente del Caguán, un sitio que trae malos recuerdos del conflicto.

“Estas cinco iniciativas nos demuestran las posibilidades de aprendizaje de la relación paz y medioambiente. Todas son ejemplos diversos e interesantes y queremos generar más alianzas para que sigan haciendo lo que hacen”, dijo Gaviria al subrayar que la reconciliación también debe ser con la naturaleza. FE

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