Por Iván de J. Guzmán López
Caminar la ciudad siempre será bueno, en especial para un alcalde preocupado por su ciudad y por sus gentes; para unos concejales comprometidos en su labor de control político y búsqueda constante de bienestar para los ciudadanos, y muy especialmente necesario para los periodistas que –como yo– no concebimos un trabajo de información de primera mano y el reporte de lo que sucede en las calles y en las dependencias públicas, desde una oficina, un escritorio o una fría cabina de radio o televisión. Por lo general, entre estos últimos “colegas”, están los que reciben cheques jugosos por pautas oficiales, por no denunciar, o por autocensurarse con mascarillas sofisticadas, encubriendo barbaridades de mandatarios timadores e indelicados y cuidando por ahí mismo el contratico, el puestecito del esposo, o la esposa; del hijo, del cuñado, de la suegra, y (cuidándose de pisar callos) garantizando así el puesto a su parentela hasta el cuarto o quinto grado de consanguinidad.
Lo anterior, para contar que aproveché una reunión que tenía el viernes 19 de mayo de 2023, en las instalaciones del Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, de la calle Colombia, para caminar desde el centro de la ciudad hasta allí, recorriendo la calle 50, Colombia. Y ¡qué espectáculo tan deprimente me encontré!: una calle caótica, sin tránsito organizado, sin policías, sin las habituales cuadrillas de Espacio público; con las aceras invadidas de mercachifles, llenas de huecos y trampas para el peatón, porque el 90% de los contadores están abiertos, sin la tapa metálica que los protege y permitir así caminar al peatón sin peligro de una fractura. Las basuras en la calle y las cantidades tiradas en las esquinas, son deprimente; los mendigos, indigentes y hasta borrachos, se hayan tirados en mitad de las aceras, y en cada almacén, como estrategia desesperada de ventas, un parlante mediano o gigante, provoca ruidos ensordecedores sin ningún control.
Los comerciantes, que pagan una alta carga impositiva y deben sostener una nómina costosa de empleados, encuentran una competencia desmedida con las ventas ambulantes en la propia entrada de sus negocios, sumado esto a la delincuencia que merodea y vigila quién carga dinero, hace una compra o un retiro (recordando que la calle Colombia es de naturaleza Bancaria), para proceder a sus anchas.
La bella calle Colombia de antaño, que caminábamos con gusto para llegar hasta el estadio, la liga de Ajedrez, la Biblioteca Piloto o al inolvidable restaurante Los recuerdos, ha muerto. Hoy es un despojo de basuras, ruido, huecos, inmundicias, desorden vial, prostitución a lado y lado de sus carreras adyacentes, venta de drogas y un comercio cansado que hace ingentes esfuerzos para no desaparecer.
Y como si lo vivido en ese recorrido no fuese suficiente, me di a la tarea de regresar al centro tomando la avenida del ferrocarril, llegando a la Plaza Minorista y luego doblando por la calle La Paz. ¡Fue horroroso! Me sentí perdido en un mundo de desolación, de miseria, de quincalla, de latonerías tenebrosas y de desechos humanos, caminando unos como zombies; otros, como autómatas, sin esperanza, lasos y hambrientos; cargados de mugre, pobreza y abandono. Con espanto me di cuenta que estaba viviendo lo que narra William Seabrok, en su libro La Isla Mágica, el cual contiene un capítulo titulado “Muertos vivientes que trabajan en los campos de caña de azúcar”, a propósito de un viaje que hizo a Haití en 1927.
Indescriptible lo que viví en ese espacio de Medellín, que va entre la carrera Bolívar (la línea del Metro) y la Avenida del Ferrocarril, entre los puentes de la Oriental y la calle Colombia. Espeluznante, lo que se observa y se vive entre la Plaza Minorista y la Estación Prado del Metro. Es un cuarto del centro de la ciudad en el más absoluto abandono. Creo que, difícilmente, en el mundo, se encuentra otro espacio que dé cuenta del mal gobierno de turno, del desgreño administrativo más rampante y el absoluto desprecio por la vida. Alguien me dijo que a ese espacio ya lo llaman El Bronx, de Medellín.
En la página de la Alcaldía de Medellín, referido al “Qué hacemos en la Secretaría de Seguridad y Convivencia“, que tiene el manejo de la multimillonaria nómina de los llamados Guardianes del Espacio Público, se lee:
“Desde la Subsecretaría de Espacio Público buscamos potenciar el disfrute y uso racional del espacio público en condiciones de legalidad, equidad y dignidad en la ciudad de Medellín, mediante estrategias que incentiven la movilización social y la transformación de estereotipos culturales sobre la apropiación del espacio público, por medio de acciones pedagógicas, formativas, comunicacionales, de regulación y autorregulación orientadas a fortalecer la legalidad en el espacio público de la ciudad”. ¡Letra muerta!
Invito a Daniel Quintero, para que recorra la zona y tome alguna medida o deje alguna iniciativa (pensando en que ya se va), para paliar esta realidad de vergüenza; invito a los concejales, para que vayan con sus periodistas y hagan un debate en el concejo (que para eso es y están); invito a la ciudadanía para que el Medellín que amamos, no sea reconocido como la cloaca del mundo.
Todos sabemos que el resto del centro de la ciudad, es tierra de la delincuencia, de la mendicidad, de la ocupación del espacio público, de la drogadicción, de las ventas de contrabando, de los comerciantes acorralados y de los ciudadanos a merced del delito.
La mitad del centro de Medellín, es espantoso; el resto de la Medellín que acabo de recorrer y de describir, ¡es espeluznante!
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La descripción que hace el señor columnista es una realidad pero no hay que darle tinte político señalando al alcalde de turno es el resultado de un acumulado de políticas de diferentes burgomaestres que han enfocado lo publicó hacia políticas clasistas alimentando las finanzas de una clase elitista y corrupta y no con políticas de esencia social dejando los vacíos estructurales de políticas de empleo, formación y conservación de valores Morales y de ciudadanía, políticas no articuladas a realidades sociales como el hambre, hogares en descomposición, falta de oportunidades de desarrollo humano y todo un caos social rodeado de omisión de políticas que las atiendan, nos queda como sociedad elegir bien y rodear a los próximos administradores para salir del meollo como en otrora lo hicimos después del desolado escenario que nos dejó el narcotráfico en los años 80
Estoy en parte de acuerdo con el columnista, pero tambien con los que han realizado comentarios en torno al escrito.
El estado de la ciudad no es solamente responsabilidad del gobierno de turno, es algo que se viene gestando desde hace muchas administraciones. Lo que es cierto es que durante la administración de Daniel Quintero se evidencia un total descuido de la ciudad a niveles nunca antes vistos, lo que demuestra un total desinterés por los bienes públicos, pero es que la forma de pensar y de gobernar de la actual administración fue gestada por todas las administraciones anteriores.
Solamente unos gobernantes que tengan capacidad para revertir está tendencia, salvarán a la ciudad y al país; ojalá encontremos a unos que puedan reorientarnos con verdaderos propósitos de recuperar y mejorar lo bueno que teníamos.
Ya no provoca ir al centro, se va uno caminando con un miedo atroz, pendiente del mas mínimo roce, pues las personas que viven en la calle, sucios, harapientos y con mirada terrorífica, lo miran a uno con rabia.
Me pasó con uno que yendo con mi esposo, me escupió en la cara y no pudimos reaccionar, pues sería una muerte segura, ellos tienen quien los apoye.
Y debajo del viaducto desde Parque Berrio hasta estación prado hay un mercado persa olor a marihuana , orines y materia fecal. Todo Carabobo, el Bronx. Y están haciendo tugurios en la quebrada la iguana saliendo a la autopista, esto está difícil de solucionar porque cogió mucha ventaja.
Es un sector que hay que mejorar siempre uno pasa por ahí y hay malos olores, y ha Sido solitario, y no es de ahora es desde hace rato, ese sector necesita una buena inversión y desalojar todos esos habitantes de calle que vuelven nada los jardines y zonas verdes, ojalá cada empresa adopte una zona verde y la ponga bien bonita para evitar eso.
Se le olvidó decir que huele a marihuana, popó y orines, es deprimente, yo hice el recorrido por el parque Bolívar, Junín, la Oriental y lo de los muertos vivientes es real pobres muchachos y niñas como zombies por la droga.
Triste, muy triste pero esa es la absoluta verdad. Lástima de nuestro Medellín. Ojalá llegue una administración que la recupere de esa rapiña
El descuido de Quintero con la ciudad es completamente real, eso es innegable. Pero lo que ocurre con esa zona de la ciudad es histórico, lleva muchos, muchos años. Se le nota lo poquito que usted camina o habita el centro de la ciudad. De otro lado, la manera como usted se refiere a mercachifles, indigentes y hambrientos tiene un asqueroso tufo clasista. Al parecer usted desconoce u omite muchas problemáticas sociales de nuestro país, también históricas. En ese sentido, lo que otras administraciones escondían y bien disimulaban pero sin resolver, ahora simplemente con esta alcaldía son demasiado evidentes.
Yo trabajé en ese sector hace muchos años y en estos dias pasé por allí y no sabia si llorar de miedo ó por el abandono en que está mi querido medallo, Que dolor lo que nos metieron los izquierdos con ese alcalducho y sus niñerias , que solo lo escuda su mujer.
Totalmente de acuerdo. Y es más, te quedaste cortico. Y lo pero… no pasa nada y no les importa.
Y los Venezolanos resentidos tirando sus desechos a cualquier hora y en cualquier lugar de nuestra ciudad, lo digo porque los he visto.
Señor es muy cierto lo que pasa en medellin. Sin contar lo que pasa en el río medellin apollo manifestar contra esta alcaldia
Medellín espeluznante https://www.periodicoelcorreo.co/opinion/medellin-espeluznante/ via @El Correo …..cordial saludo señor Iván Guzmán, más claro que el agua al referirse, usted olvidando nombrar el olor repugnante y que es una alerta de salud pública el olor a estiércol humano que si llueve es asqueroso, que en días de sol, repugnante…. Gracias por manifestarlo con la visión real. es lamentable, delicado,y grave….. el señor Quintero lo sabe y no hará nada que se largue y a ver sí habrá suerte con el próximo candidato de turno. lamentable y de vergüenza pero no la conocen, vaya ciudad nos ha dejado. se les antepone al cinismo y ambición…. Muchas gracias!!
Totalmente , toda verdad 😞
Es cierto. Pero los sectores descritos está así hace más de 6 años. Lástima que el autor apenas se dio cuenta en estos días.
Hace seis años no, eso es de ésta administración!
La ciudad está totalmente abandonada en lo concerniente al aseo ,jardines ,estado de las vías
Todo lo que dice es cierto, pero es el acumulado de una elite que goberno a Medellin desde su zona de confort y no el resultado de la gestion de Daniel Quintero.
Da grima que usted haya realizado el recorrido por la zona centrica de la ciudad solo hasta ahora, le pregunto: ¿sobre que escribia antes? Revice sus columnas para ver si usted estaba en su zona de confort.
Es verdad, y lo más tremendo es que hay con que darle la solución a todo esto, pero no hay con quién. porque los que dicen cuenten conmigo solo están pensando en su propio lucro, cuando se llenan los bolsillos se van y dejan el problema peor de lo que estaba
Se lo detallo muy bien, hasta las tapas de los contadores,todo es verdad, es espeluznante,da miedo hacer ese recorrido.,Claro como a él lo llevan en camionetas blindadas para el poblado.El no sabe que es sufrir ese horror,Feliz día pinturita
muy cierto todo lo dicho ,,no estamos en nada,,,
Todo esto es cierto. Igual ocurre por otros sectores de la ciudad. Y que decir de la avenida Oriental. Lo pero.
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