Al tiempo que nos enfrentamos a nuevas situaciones y desafíos, salvaguardar con éxito la seguridad nacional y la estabilización social es particularmente importante para profundizar integralmente las reformas justas y necesarias que requiere el país para alcanzar los objetivos de equidad, justicia, paz y libertad, y materializar el sueño colombiano de la revitalización de la nación.

POR: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

Todas las regiones y departamentos gubernamentales en Colombia deben desempeñar sus funciones y obligaciones, asumir sus responsabilidades, cooperar entre sí y trabajar mancomunadamente para mantener la seguridad nacional y la estabilización social.  Luego de la aplicación de las políticas a las reformas y apertura que se vienen debatiendo en el Congreso de la República hay que prestar especial atención al equilibrio adecuado entre dichas reformas, el desarrollo y la estabilidad, al considerar la salvaguarda de la seguridad nacional y la estabilización social como la tarea básica de todos los partidos y el Estado en busca de la paz.  Hemos mantenido la situación general de la estabilidad social en Colombia y, por ende, creado un entorno favorable para las reformas, la apertura democrática y la modernización del Estado.  Uno no debe olvidar los posibles peligros en tiempo de paz, la muerte en tiempo de supervivencia y el caos en tiempo de estabilidad.

No obstante, debemos ser conscientes de que nuestros esfuerzos por salvaguardar la seguridad nacional y la estabilidad social en las actuales circunstancias hacemos frente a un sinnúmero de amenazas y desafíos.  y más importante aún, estas amenazas y desafíos están interconectados y se pueden activar mutuamente.  Debemos permanecer con las ideas claras, ser fieles a nuestros principios para prevenir, controlar y responder eficazmente a los riesgos que, hoy, atentan contra nuestra seguridad nacional y, afrontar, resolver y neutralizar los desafíos que perjudican nuestra estabilidad social de la nación.

Todas las regiones y departamentos gubernamentales deben implementar la visión holística de seguridad del Estado y adquirir un entendimiento correcto sobre las nuevas características y tendencias de nuestra seguridad nacional.  Debemos conceder la misma importancia a la seguridad interna y externa, a la seguridad territorial y a la de sus ciudadanos, a la seguridad tradicional y a la no tradicional, al desarrollo y a la seguridad a nuestra propia seguridad y a la seguridad común de todo el territorio nacional, y desempeñar nuestra labor en lo referente a la seguridad para lograr la paz.  Es nuestra obligación promover la educación con calidad del pueblo colombiano en seguridad nacional para avivar su consciencia sobre este asunto vital.

La lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y la corrupción afecta directamente a la seguridad nacional, a los intereses inmediatos de las comunidades populares y a los intereses generales de las reformas en cuestión, el desarrollo y la estabilidad.  La lucha contra el terrorismo salvaguarda la unión nacional, la estabilidad social y el bienestar del pueblo.  Debemos adoptar medidas resueltas en la lucha contra el terrorismo y mantener las presiones para erradicar este flagelo.  Debemos elaborar un patrón de trabajo sólido de lucha contra el terrorismo, mejorar nuestro sistema de trabajo antiterrorista y fortalecer las fuerzas armadas y de policías como un poder antiterrorista.

Debemos combinar las fuerzas profesionales con las sociales, apoyarnos en las comunidades populares, desplegar diferentes actividades populares de lucha contra el terrorismo, construir una red antiterrorista inexpugnable y asegurar la persecución de aquellos involucrados en actividades terroristas.  El gobierno debe permitir que las personalidades de los círculos religiosos realicen su función y mejorar la orientación positiva al pueblo, satisfaciendo sus necesidades religiosas, y al mismo tiempo impidiendo de forma efectiva la infiltración del extremismo religioso.

El terrorismo niega los derechos humanos básicos, castiga la justicia humanitaria y desafía las normas compartidas por la civilización humana.  No es una cuestión étnica ni religiosa.  Los terroristas son el enemigo común de los pueblos de todas las etnias.  Debemos confiar en las fuerzas militares y de policía y en el pueblo de todas las etnias y, en conjunto, proteger la unidad étnica y la estabilidad social.

Es nuestro deber aumentar nuestros esfuerzos para combatir los intentos separatistas en las nuevas circunstancias, promover la unidad ciudadana, asegurar que todos los grupos políticos y religiosos colaboren en favor de la prosperidad y el desarrollo común, mejorar la difusión y educación sobre la unidad del pueblo, consolidar la base ideológica de la unidad democrática y maximizar nuestros esfuerzos dirigidos a unir al pueblo de todas las etnias, razas y credos.  Es necesario promover la construcción de organizaciones de todos los partidos y órganos de gobierno en la base, llevar a cabo un trabajo de comunidad, meticuloso y detallado.  Debemos adquirir el conocimiento adecuado en las políticas de los diferentes partidos en materia de religión y etnicidad, resolver los conflictos y disputas que vulneran la unidad popular, así como contener y golpear los brotes separatistas y las actividades de sabotaje e infiltración realizadas por las fuerzas hostiles nacionales o extranjeras so pretexto de conflictos étnicos, políticos y de clase social.

Con el fin de salvaguardar la seguridad nacional, el pueblo colombiano debe mantener la armonía y la estabilidad sociales, prevenir y resolver los conflictos sociales y promover activamente la prevención y la solución de las contradicciones sociales mediante regímenes, mecanismos, políticas y esfuerzos.  Debemos conseguir que el desarrollo de Colombia sea más integral, coordinado y sostenible, intensificar el trabajo por la garantía social y el mejoramiento de la vida del pueblo y prevenir y reducir en su origen la incidencia de las contradicciones sociales.  Con la promoción de la igualdad y la justicia sociales como puntos de partida y destino de nuestro trabajo democrático, debemos equilibrar los intereses de todos los sectores, de modo que todo el pueblo pueda compartir los frutos del desarrollo de una manera más equitativa.

Debemos implementar y mejorar los regímenes y mecanismos necesarios para proteger los derechos e intereses legítimos del pueblo y los mecanismos para valorar los riesgos potenciales de la estabilidad social, a fin de reducir y evitar posibles conflictos de intereses.  Es nuestro deber promover una gobernabilidad del país basada en la ley y salvaguardar los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos.  Por último, estamos obligados a incentivar al pueblo a resolver todos los conflictos sociales mediante procedimientos y recursos legales.

¡Debemos hacer que todos actúen según la ley, recurran a las provisiones legales en caso de conflicto y resuelvan sus problemas y conflictos a través de la ley!

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                                Medellín junio 17 de 2023

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