Por: Balmore González Mira

Estas primeras semanas de cuarentena o aislamiento obligatorio nos han permitido a los ciudadanos de a pie, observar, escuchar y calificar a los diferentes líderes y gobernantes del mundo, incluidos los de Colombia, Antioquia y los de todos y cada uno de nuestros municipios, por la forma como hablan, actúan y llegan a sus comunidades, y perfectamente los podemos clasificar como verdaderamente grandes unos,  pobres de iniciativa otros,  vergonzantes los de más allá, pasando por delincuentes,  aquellos que se coluden con otros de su género para quedarse con los dineros de la emergencia.

Grandes,  aquellos responsables con la contingencia, orientan diariamente y proponen soluciones no solo para preservar la vida, sino para que no se desmorone del todo la economía. Lo hacen de manera generalizada e impersonal, piensan en sus naciones, departamentos o municipios, sin pensar en favorecimientos personales; están ahí, los sentimos ahí y les creemos cuando nos hablan.

Pobres de iniciativa los que nada proponen y solo se dedican a dejar pasar la crisis por encima de sus comunidades, sin que se avizore en ellos el más mínimo propósito de ayudar a superar ahora o después la peor pandemia humana en siglos, realmente se nota que fueron elegidos para gobernar sin que haya innovación, son tan planos que en sus comunidades no saben de ellos o están tan aislados que ya ni saben si existen.

Vergonzantes,  son los gobernantes  que se esconden para ordenar que solo se les ayude a quienes votaron por ellos, los que hacen alharaca de sus pobres acciones y ponen a terceros a que hagan bulla con sus actos de bondad y hasta pagan para que ellos sean contados en medios de información. Dan vergüenza en sus acciones, discriminan a ciertos sectores de la comunidad.

Por otro lado quedan los delincuentes, aquellos que son capaces de robarse un peso o millones de los dineros de la comunidad, hoy cuando más lo necesitan; delinquen cuando se confabulan con comerciantes y distribuidores de mercados y de elementos de primera necesidad para pactar porcentajes de descuento y/o elevan precios para burlar las urgencias manifiestas y las contrataciones excepcionales que hoy la contingencia les permite.

Esta es la oportunidad de ver los verdaderos rostros de los grandes  líderes y gobernantes del mundo; los que son capaces de proponer, los que son capaces de deponer sus aspiraciones personales y despojarse de su ambición y proponen alternativas;  es el momento oportuno para que los gobernantes actúen con plena y total transparencia, que se luzcan por su altura, cordura, bondad, honestidad, justicia y equitativo trato a sus administrados. Tienen la mejor oportunidad, no la dejen pasar.

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