Por: Balmore González Mira

Ninguna. Defendemos la democracia. Existen demasiadas posiciones sobre las posturas ideológicas y sobre todo por la forma de gobierno de los extremos de derecha o de izquierda cuando estas se convierten en dictaduras o cuando se notan esos rasgos de autocracia que se van avizorando en los gobiernos y que ya van oliendo a dictadura. Por ello categóricamente hay que afirmar que lo mejor es una posición de centro donde haya total democracia, respeto de la Constitución y un estado de derecho. En ambas dictaduras se violan los derechos humanos, ambas están llenas de defectos. Las siguientes son unas notas desde mi óptica.

La dictadura de izquierda la podemos definir como aquella donde no se respeta la propiedad privada, la expropiación de esta y del aparato productivo es su razón de ser, su destino es ponerlo “al servicio del proletariado” para qué al final no produzcan nada. La economía se acaba y comienza el éxodo de los inversionistas, de los empresarios y de los pensadores de derecha. Acá se defienden los derechos humanos de los delincuentes y como finalmente se acaba el empleo, la migración de los trabajadores y estratos medios y bajos comienzan a emigrar; así mismo se hace un trabajo permanente de deslegitimar al mismo estado, empezando por las fuerzas militares, como al aparato judicial y a las otras ramas del poder público. La educación deja de ser la enseñanza tradicional y el aprendizaje de la historia contemporánea y pasa a ser la ideología marxista la que se imponga, con relatos de su propia historia. Se azuzan las marchas para institucionalizar una supuesta lucha de clases y se hace apología del delito. Al final la dictadura lleva al hambre de los pueblos y a la ruina total. Las finanzas pasan a ser manejadas por militantes y no por técnicos y la ideología se impone ante la realidad y lo práctico, y como consecuencia buscan un manejo del presupuesto sin ningún control de algún órgano estatal y menos de veedurías ciudadanas.

Los juicios y procesos son llevados por jueces que responden a los intereses únicos del régimen y lo contrario es castigado como traición a la patria. A la patria que han destruido. Cuba es un ejemplo de ello y a fe que Venezuela lo está alcanzando. Los únicos ricos son los que están en el poder y en el círculo del régimen y obviamente sus familias que disfrutan en el exterior, especialmente en países capitalistas, sus inmensas fortunas amasadas y guardadas en bancos donde haya reserva absoluta.

En las dictaduras de derecha hay protección a la propiedad privada y se conserva el aparato productivo en el empresariado y la economía por lo general crece, hay exilio en otros países de los activistas de extrema izquierda, por lo general van a países con democracias firmes. Los empresarios se quedan. Las fuerzas militares se fortalecen. Acá no se permite la protesta social y el desorden; las normas que se implementan son de restricciones a los derechos ciudadanos. Por lo general hay militarización de los grandes centros poblados, los delincuentes van a las cárceles y los militares son fundamentales por ser ellos son las fuerzas del orden y no son reemplazados por las milicias populares como en las dictaduras de izquierda, donde el nuevo poder armado está precisamente en esas milicias, de las cuales las mayorías tienen antecedentes judiciales.

En ambas dictaduras hay restricciones a la libertad de prensa y de expresión. Las noticias se filtran a través de la oposición. Buscan legitimar su accionar a través de elecciones que en su inmensa mayoría son fraudulentas, se reeligen permanentemente y extienden sus periodos de manera indefinida controlando los órganos electorales completamente; Cuba, Venezuela y Nicaragua dan cuenta de ello, en unas tiranías interminables, con remedos de elecciones democráticas amañadas y manejadas por la tiranía.

La dictadura de derecha busca el orden para que haya tranquilidad en su territorio y da garantías de inversión a los capitales extranjeros, se les nota su progreso y desarrollo; en las dictaduras de izquierda, las empresas boyantes se acaban porque pasan a manos del estado, las infraestructuras físicas y de turismo se derrumban y no resurgen hasta tanto no les entre nuevamente capital extranjero. Allí los salarios son de miseria y podemos seguir poniendo los mismos ejemplos de los países mencionados.

Podemos concluir que hay que cuidar a como dé lugar la democracia, la verdadera, la que permite que haya libertad de prensa, libre comercio, propiedad privada y sobre todo, un Estado de Derecho.

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