Reto para el nuevo gobierno: recuperar la Institucionalidad.

El país necesita que sus instituciones vuelvan a cumplir con su función o razón por la cual fueron creadas. Y no permitir que la politiquería continúe siendo la guía principal al interior de las instituciones.

Se necesita que los funcionarios, en sus correspondientes niveles, hagan por lo menos lo que tienen la obligación de hacer, en su forma, lugar y tiempo que les ordena la Ley.

Que los juzgados y organismos de justicia vuelvan a trabajar y cumplan con los términos  de Ley. Que las Notarías, Registro, Planeación, Catastro, Valorización, etc., trabajen bien y en armonía, para que no encarten a los contribuyentes con demoras o devoluciones de documentos, por causas tontas que no deberían darse en un proceso hecho cuidadosa y eficazmente.

Se requiere que las Instituciones emitan resoluciones simples, claras y contundentes sobre las cuales no quede la más mínima duda de su legalidad y entendimiento, a fin de evitarle a los contribuyentes tener que acudir a abogados y a derechos de petición que solo sirven para dilatar, enredar e indisponer, quedando siempre en las mismas. En las mismas dudas.

Que los colombianos podamos confiar en que los trámites y servicios solicitados ante las oficinas públicas se resuelvan en la forma, lugar y tiempo que ordena la Ley y cerrarle la puerta a las auto-interpretaciones como herramienta de disculpas para no cumplir una obligación que se tenía que cumplir. Los trámites y servicios ante las oficinas públicas no pueden seguir dependiendo de la voluntad de un funcionario o su padrino político, para sacarlos de una gaveta cuando y como les venga en gana.

Si la Función Pública y los entes de control encaminan sus acciones a garantizar que las Instituciones funcionan, los demás flagelos de la sociedad irán desapareciendo solos…

Si las Instituciones funcionan como tienen que funcionar, las tutelas, acción popular y demás mecanismos de participación ciudadana que contempla nuestra Constitución serán realmente excepcionales y recobrarán su fortaleza para ser bien atendidos, sin necesidad de una orden judicial de cárcel para el gobernante.

Y si las Instituciones funcionaran como tienen que funcionar, a todos los colombianos nos rendiría más el tiempo y se empezaría a recuperar el amor justo y necesario a la función pública y al Estado, haciendo más simple y fácil el trabajo de los demás propósitos del gobierno de turno.