Por Margarita María Pérez Puerta
MAR ADENTRO
“De la misma madera”, ” lluvia de violetas”, puede mostrar una idea de toda dimensión, toda profundidad y fuerza con la cual vive un ser social al son de la mirada y silencio de nuestro Ser Superior; quien alimenta cada sueño conjugando la danza del árbol sol, o sea, encuentro con su raíz y duende – casa- cosmos dónde volvemos cuando la misión dada por Dios hacia cada uno de sus versos e hijos del amor eterno.
LA MENTE
Casa loca
En alma desolada
Fluyendo entre ardor
Y un sutil amor
Cuál vibra en lumbre
Encendida de besos
Y sombra amante
Dejando fuertes versos
Al son de su locura
ORIGEN
Lo nombró
Cuerpo
Paraíso
Al través de un principio
Cuál emerge en alma
Y vehículo distante
A ese Yo (ego)
Aquel durmiendo su caos
En orgullo y siniestros versos
Que lo dejan aislado eternamente
Un hogar único
Me dices con tu mirar
A cada instante de un acordar
Con pruebas dadas por tu ser
Bajo algún acontecer
Entre hombres del universo
Quienes totalizan un astro
Ante un decir
Tejido por devenir
En una casa formándose
A través de una gran oda
Sonando junto a su espíritu