Por: LUIS CARLOS GAVIRIA ECHAVARRÍA

En el mundo de la política, las estrategias engañosas y las apariencias pueden desempeñar un papel crucial. Una fábula clásica, “El lobo con piel de oveja”, ilustra magistralmente este principio atemporal. En esta historia, un lobo astuto intenta engañar a un pastor haciéndose pasar por una oveja. Sin embargo, su disfraz finalmente conduce a su perdición cuando el pastor, en busca de alimento para su familia, selecciona al lobo disfrazado como su próxima presa sin darse cuenta de su verdadera identidad.

La moraleja de esta fábula,Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño“, resuena con sorprendente claridad en la situación política actual del municipio de Andes. Al igual que el lobo que intenta camuflarse entre las ovejas para alcanzar sus propios objetivos egoístas, algunos actores políticos en Andes han recurrido a tácticas similares de disfraz y engaño para asegurar su posición de poder.

En muchos casos, estos individuos han adoptado una máscara de integridad y altruismo, presentándose como defensores del pueblo, cuando en realidad están impulsando agendas personales o de grupo. Han utilizado discursos cautivadores y promesas vacías para ganar la confianza del electorado, todo mientras ocultan sus verdaderas intenciones detrás de una fachada de bondad y rectitud.

Sin embargo, al igual que en la fábula, estos engaños eventualmente serán descubiertos y castigados. La comunidad de Andes, al igual que el pastor en la historia, no permanecerá ciega ante las artimañas de aquellos que intentan manipularla para su propio beneficio. Eventualmente, la verdad saldrá a la luz y aquellos que han abusado de la confianza del pueblo enfrentarán las consecuencias de sus acciones.

Pero la fábula también ofrece una lección de esperanza. Al final del día, es la honestidad y la transparencia las que prevalecerán sobre el engaño y la manipulación. Los ciudadanos de Andes tienen el poder de discernir entre aquellos que realmente trabajan en su beneficio y aquellos que buscan su propio interés. Al mantenerse vigilantes y comprometidos con la verdad, pueden evitar caer en las trampas tendidas por los lobos con piel de oveja y construir un futuro político basado en la integridad y el servicio genuino a la comunidad.

En última instancia, la fábula del lobo con piel de oveja nos recuerda que, en política y en la vida, la autenticidad y la honestidad son virtudes invaluables que nunca deben ser sacrificadas en aras de la ambición personal. En un mundo lleno de engaños y falsas apariencias, es nuestra responsabilidad como ciudadanos mantenernos alerta y defender la verdad, incluso cuando esté disfrazada por las artimañas de aquellos que buscan manipularnos.