POR ARTURO TABARES MORA
Antes nos quejábamos porque, se excluían a las personas, ahora las personas, se excluyen solas por motivos tecnológicos, su propagación, se debe a que, nadie da cara, todos se esconden en el anonimato, la seducción de las redes sociales. Normalmente se excluía a una persona o grupo de personas, por razones; deportivas, sociales, raciales, regionales, credo religioso, político, ahora una persona, excluye a un grupo o una comunidad, se aísla sola y a su vez aísla a otros, esas personas viven en su propio mundo, abstraídas del mundo real, viven en un mundo tecnológico, un mundo virtual; el chat y las redes sociales son el nuevo opio del pueblo, sobre todo para la juventud, aislada y drogada por las tecnologías, todo lo quieren tener y obtener a través de las redes sociales y celulares, lo que no esté allí, no existe, su comportamiento es de autómatas digitales, zombis tecnológicos, que van por el mundo aislados, viviendo su fantasía tecnológica a través de reels o videos cortos, que es como vivir la vida de los demás, creyendo que es real, sin darse cuenta que en la mayoría de los casos son montajes de influencer, haciendo creer que viven una vida perfecta, de viajes, lujos, por el contrario, viven una vida aparente, superficial, impostada, que desafortunadamente, la juventud, la cree real y trata de imitar, con sus propios medios, llevándolos a cometer excesos y decisiones equivocadas con tal de imitarlos, por eso la juventud hoy, vive una vida sobregirada, endeudada y aparente, donde lo único real es el ‘dinero”, por el dinero, a como dé lugar, cueste lo que cueste, hasta su propia vida, si es del caso. Se venden, trafican, roban, se prostituyen, lo que sea, con tal de facturar, desde que se dio la orden (las mujeres no lloran las mujeres facturan), y cada vez, más descomposición social, tratando de llevar una vida de farándula, sin medir las consecuencias. Por eso hoy, toman más auge los negocios web y trabajos con los celulares: como los domiciliarios, consejería, autoayuda, compraventas, mensajería, transportadores, servicios acompañantes, paseadores, webcam y demás servicios sexuales y pornográficos, todos independientes, aparentemente sin patrón, sin horario, sin impuestos y prestaciones sociales, es decir al margen de la ley. O sea hemos creado una sociedad del ya, del ahora, aislada independiente, prisionera de sus propios vicios e imitaciones, que alberga lo peor de los sentimientos, con tal de obtener, el dinero rápido, fácil y abundante sin límites, que ha llevado a trastocar todos los valores sociales, imponiendo, los de ellos , como los verdaderos, ya no hay fe, creencias sólo un dios, el dinero, donde el mesías, es el sugar daddy, que todas quieren tener y si está forrado en dólares mejor, doy de todo, como suelen decir, que me mantenga bien, con tal de no hacer nada, el mundo de los mantenidos. Mi moto N max, mi Iphone, pa qué más, ahí surgen las relaciones disfuncionales ocasionales y de momento, que ha provocado, tanto feminicidio, porque al final nada es gratis en esta vida, ni se vive de la plata del míster.
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