Por: Luis Fernando Pérez Rojas

No sé si gritar o enmudecer.        En estos tiempos locos y caóticos, volvemos a caer en el modelo de liderazgo de mando, autoritarismo y control rígido, de arriba hacia  abajo, un modelo que ya no es compatible con la forma en que operan realmente los líderes dinámicos, inspiradores y creativos.                                       

Buscamos abrigo en la fantasía de un líder que tiene Las Respuestas... que promete “el cambio” o “el éxito” o “beneficios” a cambio de un “seguidismo” (alias “obediencia”) paciente y a ciegas. Pero, en una edad en que todo valor fluye de la creatividad y de la iniciativa, debemos imaginar y adoptar un modelo de liderazgo que es impreciso, abierto y perpetuamente innovador y creativo.                   

Ahora,  pedimos a los verdaderos líderes que sean  buenos administradores de los activos que heredan.    Pero en una era en que la permanencia es una ilusión peligrosa, debemos pedir a los líderes visionarios que desafíen los legados que han heredado para crear proposiciones de valor totalmente nuevas y, después, echarlas fuera antes de que se queden rancias. Los líderes empresariales, educativos, políticos, sociales, gubernamentales, culturales, deportivos, entre otros, crean oportunidades, dicen “no lo sé”, rara vez son quienes hacen mejor las cosas, sin desarrolladores de proyectos y del talento; son visionarios, son mecánicos del servicio y del beneficio comunitario, prosperan en la paradoja, les gusta revolotear como a las mariposas y picar como a las abejas.                                     

Los líderes dinámicos repiten, saben cuándo tienen que esperar, son optimistas, transmiten un gran propósito, atienden a los detalles logísticos, se ponen del lado del ”partido de la acción”.           

Los líderes corajudos, inspiradores, creativos y dinámicos honran a los rebeldes de causa, se enfrentan a los fanáticos , con prudencia; no temen cometer errores por grandes que sean, crean culturas libres de culpa, derriban las barreras; son fanáticos del talento, crían a otros líderes en potencia, engendran confianza, son especialistas en relaciones empáticas; son entusiastas de la creación de redes sociales, se conectan con el pueblo, les gusta la nueva tecnología, crean mercados nuevos, son excelentes vendedores de ideas, les gusta la política sana , transparente y trascendente , dominan y orientan con certeza sus organizaciones sociales; son grandes aprendices y actores, excelentes narradores de historias, se conocen a sí mismos, aceptan la responsabilidad, se centran en lo fundamental, toman descansos y expresan sus visiones con pasión.                 

James Deán, dice: “Sueña como si fueras a vivir eternamente. Vive como si fueras a morir hoy”.