Por: Balmore González Mira

Pareciera que fuera de poca monta hacer un homenaje a las mujeres permanentemente, y si bien es cierto que en marzo 9 se hace una conmemoración de engrandecimiento del ser más maravilloso de la creación, hacer un homenaje a todas las Madres nunca sobrará, incluidas las fallecidas pero no ausentes, las presentes y las futuras. En esencia encarnan a la mujer, ese ser majestuoso, único e irrepetible.

Las Madres son especialmente el eje de la sociedad, ellas mueven con su sabiduría y su instinto, con ese sexto sentido que llaman, al mundo entero.  Las Madres tienen una condición especial, leen lo que nadie alcanza a deletrear, escuchan lo que nadie oye y observan lo que nadie alcanza a ver. Huelen dónde el olor no existe; buscan dónde nadie ha guardado; pintan dónde el color ha desaparecido;  aconsejan dónde nadie lo haría y por lo general, leen el futuro de una manera tan particular, como si hubieran encarnado en las más sabias pitonisas de la historia.

La mía en particular es un ser único y especial, conserva el instinto de protección a sus descendientes y defiende con vehemencia hasta lo indefendible de sus seres amados; pero la sabiduría que le ha dado los años no solo se conserva sino que pareciera aumentar en cada instante, en cada respiro y en cada latido de su corazón. Cuántos de Ustedes apreciados lectores no han escuchado a las Madres que tenemos cerca decir, yo se lo advertí, mucho se lo dije, pero……

Mayo puede tener una magia especial y puede parecer medio injusto que se dedique desde el día de la virgen el 13 de mayo, hasta la celebración del día de nuestras progenitoras, en un solo día o en un solo mes, pero que valga ello para recordarle a los olvidadizos que estos seres supranaturales existen y sobre todo, que nosotros existimos por ellas. ¡Feliz día para las Madres todas!

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