En la actualidad la comunidad internacional reconoce que el desarrollo es un proceso global para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Los colombianos hemos preconizado durante decenios algo semejante.
Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS
Más que el crecimiento económico, que es un motor y no un fin, el desarrollo para el pueblo colombiano es, en primer lugar y, ante todo, social. Está, además, estrechamente relacionado con la paz, los derechos humanos, el ejercicio democrático del poder y el medio ambiente y, finalmente, aunque no por ello menos importante, con la cultura y con el modo de vida de la población colombiana.
La única manera de lograr que el cambio se concrete en la práctica es modificar las pautas de comportamiento de toda la sociedad. Pero para transformar la conducta cotidiana de los individuos y las comunidades es necesario sensibilizar a la opinión pública sobre el carácter global y complejo de los principales problemas y promover su solidaridad.
Las principales metas de la acción de los colombianos en favor del desarrollo social son las siguientes:
- Fomentar la capacidad endógena mediante la promoción de los recursos humanos, una renovación cabal del contenido de la educación y de los sistemas educativos en todos los niveles, y la transferencia y el intercambio de conocimientos en el interior de cada una de las regiones que constituyen el país.
- Luchar eficazmente contra la pobreza y la exclusión garantizando la participación de la población colombiana en el desarrollo social, el respeto de los derechos humanos, la formación de actitudes de tolerancia, no violencia y democracia, mediante una educación impartida desde la primera infancia y con el apoyo de las organizaciones de ciudadanos, así como el pluralismo y la independencia de los medios de comunicación.
- Dar cabida a los factores culturales de unas estrategias de desarrollo equilibradas y tomar debidamente en cuenta el contexto histórico, social y cultural de cada pueblo, elementos esenciales para alcanzar el desarrollo sostenible.
- Promover una visión del empleo y el trabajo como parte del concepto más amplio de “vida activa” que, además de la población, incluye actividades de solidaridad cívica, social y de esparcimiento, a fin de cimentar en este principio una sociedad colombiana solidaria.
- Mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales mediante la Educación Formal y Educación para el Trabajo y el Desarrollo Humano y la capacitación, y aumentar su nivel de ingresos, fomentando actividades productivas en los sectores del turismo cultural y ecológico, en la construcción de viviendas dignas utilizando materiales del lugar, el desarrollo de servicios básicos de salud y asistencia social y la creación de medios de comunicación comunitarios.
- Promover la sensibilización hacia los problemas ambientales y la participación de la población en la utilización equitativa y racional de los recursos, con la finalidad de alcanzar un desarrollo humano sostenible y preservar los derechos ambientales para las generaciones futuras.
- Aprovechar mejor y compartir de manera más equitativa de cara al desarrollo social, esos recursos que son la ciencia y la tecnología.
- Dado que el ámbito de la comunicación se ve profundamente transformado por el progreso científico y tecnológico, deben ponerse al servicio del desarrollo social las posibilidades que ofrecen las redes de comunicación y la computación.
- Mejorar la capacidad endógena para la formulación, la evaluación y la gestión de las políticas sociales creando mecanismos de “alerta temprana” que permita al gobierno vigilar la ejecución de las actividades de desarrollo social y los progresos alcanzados en el paso de la exclusión a la cohesión social.
En definitiva, la educación ambiental debe contemplar aspectos aparentemente ajenos a su ámbito específico porque de lo que se trata es de conseguir un desarrollo equilibrado a escala global y nacional y de poner en marcha los mecanismos que puedan hacerlo posible.
LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS Medellín, septiembre 10 de 2022
