¿Cuáles perfiles?

Pedro Juan González Carvajal

Como las cosas hay que llamarlas por su nombre, hay que reconocer que, a nivel Nacional, Departamental y Municipal, se ha convertido en una práctica común, el cambio de perfiles para poder hacer nombramientos en cargos de personas conocidas o asociadas al proyecto político en particular que no cumplen los requisitos inicialmente planteados. Para no dar ningún tipo de rodeo, esto también es una forma flagrante de CORRUPCIÓN.

Los grandes teóricos de la Ciencia y de la Teoría Política coinciden en que para que exista verdadera Democracia deben existir partidos políticos fuertes, maduros, con ideas y propuestas claras y sobre todo con cuadros administrativos que les permitan escoger entre sus miembros y hacer nombramientos de personal idóneo en los distintos frentes de la administración pública, cuando sea el momento de gobernar.

Un muy querido profesor me decía en su momento que lo único que uno necesitaba para ser Ministro, era que lo nombraran,  y evidentemente tenía toda la razón.

Palabras sabias. Ve uno las personas que nombran hoy en día, con las debidas excepciones como en cualquier actividad humana, y da grima. Una cosa es ser preparado y otra saber del tema en cuestión. Una cosa es ser buen aliado político o persona de confianza y otra estar preparado para el cargo.

Para eso se estudia y para eso existen diferentes áreas de conocimiento, “Zapatero a tus zapatos”.

Nombrar por nombrar, para ocupar cargos es triste y costoso para cualquier país a cualquier nivel. Se cambian perfiles para Ministros, para Miembros de Juntas Directivas, para Gerentes y Presidentes de Empresas del Estado, para Secretarios de Despacho de Entidades Territoriales, se hace delante de todo el mundo y nadie dice nada y obviamente no pasa nada.

¿Para qué las Asociaciones de Profesionales? ¿Para qué la Comisión Nacional del Servicio Civil? ¿Para qué las Universidades? ¿Para qué los Gremios Económicos sectoriales y subsectoriales?

No seamos tan bobos, ni tan displicentes, ni tan importaculistas. Nos están metiendo la mano a la boca y nadie se pronuncia al respecto….., entonces, como dice el chiste, “relajémonos mientras nos violan”.

Luego no nos quejemos ni nos contentemos con hacer chistes destemplados alrededor de aquel o aquella funcionaria a quien le quede grande el cargo, no de pie con bola y obviamente desperdicie y dilapide los recursos.

Esta situación es común en la mayoría de los gobiernos, pero en el actual, está absolutamente desbordado.

Un Directivo o un alto Ejecutivo deben dar resultados. Para ello deben tener criterio gerencial, saber de estrategia, tener claros los objetivos, conocer las políticas y liderar a su equipo o grupo de trabajo. En lo público y sobre todo en Colombia, todo está reglado. Existen Leyes, Decretos, Resoluciones, Sentencias, Ordenanzas, Acuerdos, entre otros varios tipos de normas y reglamentos, es decir un verdadero berenjenal que hay que conocer y saber interpretar para poder administrar la cosa pública.

Además, solo se tienen 4 años para sacar adelante el Programa de Gobierno que ganó y que luego se convierte en un mal llamado Plan de Desarrollo.

Para poder aprovechar el tiempo no se deben tener improvisaciones. Se ha tenido tiempo para preparar proyectos de Ley, de Ordenanza y de Acuerdo, de modo que, una vez instaladas las sesiones ordinarias del Congreso, de las Asambleas y de los Concejos, se presenten y comiencen sus trámites normales.

Así mismo se debe tener listo el equipo de trabajo con el cual se va a trabajar. De no hacerlo, todo va contra el tiempo que se tiene para realizar acciones en pro de los ciudadanos. Hoy creemos que a punta de “Comisiones de empalme” la cosa queda entendida, lo cual es falso.

Quiérase que no, apenas se conoce el nombre del sucesor del Presidente, de los Gobernadores o de los Alcaldes, independientemente de la fecha de terminación de los períodos, el ritmo cambia y los esfuerzos se orientan a empalmes o a negociaciones de índole político.

Lo anterior implica que se pierden meses de trabajo al iniciar el período de gobierno y se pierden meses haciendo los respectivos empalmes.

Este panorama es conocido y vivido por todos. Si queremos en verdad fortalecer nuestra fragilísima Democracia, debemos comenzar por apretar aquellos tornillos que sabemos que están flojos.

Un pensamiento de Ángela Merkel, ex Canciller Alemana, es aplicable a los distintos niveles de gobernantes: “Los Presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hace elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.

Que quede claro, que eso lo dice La Merkel.