Escrito por: Horacio Augusto Moreno Correa

LIBARDO BARRERA UNA INSTITUCIÓN CENTENARIA ha partido de la tierra para su merecido descanso eterno.

Los pueblos los hacen sus pobladores. En el antiguo pueblo de San Cristóbal en el filo de la montaña occidental de Medellín, enclavado en la hendidura de la Culata formada por la Quebrada la  Iguana, son muchos los personajes que han nacido en esta tierra durante cerca de 400 años de historia.

Uno de esos personaje presente en la memoria de los pobladores de San Cristóbal, es Libardo Barrera, Hijo de uno de los patriarcas antiguos de la comarca, Don Leopoldo y de Doña Laura,  reconocidos por sus actividades pecuarias y el emprendimiento en  el transporte.

Desde niños cuando las jugarretas de futbol las practicábamos en la calle que pasa el Cementerio, entorno de la vivienda de la familia Barrera Maya, siempre observamos a don Libardo sentado en una tradicional banca como si estuviera monitoreando y autorizando la entrada y la salida de su pueblo. Cuando se van los mayores, los pueblos se van quedando solos, sin quien los cuide, reto queda a la juventud para que ello no ocurra, guardar los principios, valores y legado de sus antecesores, para llenar vacíos que dejan cuando se han ido.

Libardo fue un hombre jovial, locuaz, de muy buen humor, cabeza de la familia que conformo con Doña Lucila Maya, un gran conversador, respetuoso de la democracia, pero ante todo un contador de historias, que lo convirtieron en un referente testimonial del libro que tuve la oportunidad de hacerle a este pueblo, luego de amenas tertulias con Iván Maya, Gilberto Moreno y Tuto Uribe, y otras personas. Como anécdota cuando cumplió 98 años me dijo que por ahí tenía unos bordones y que los iba a utilizar cuando estuviera viejo.

Libardo Barrera nos recordaba en la construcción de la vieja vía al mar, tramo Boquerón, a “El doctor Orozco como el ingeniero de la carretera, a Arturo Gallón que le manejaba el carro. Que hace 94 años la carretera iba en la finca de Abelardo Moreno en Boquerón. El cuerpo de ingenieros, recordaba estuvo compuesto principalmente de colombianos y de norteamericanos, siendo mayor el número de los primeros.

También del Transporte en San Cristóbal mencionaba: El primer carro lechero de Cesar Maya, el Júpiter de Leopoldo Barrera, y el Bucaramanga. Los carros de Pacho Cano, Juan Toro, Posaita, Bernardo Morales y Tomasito. A Carlos Salinas y Leopoldo Muchacho, Joaquín Correa, Jesús Castrillón y Jorge Vélez, los Maya que viajaba para Liborina, Pablo y Pacho Cano, y a Fabio Moreno que empezó con volquetas en el 54. También de un patrimonio ambulante la jaula de Posaita, un Ford modelo 46, color verde adquirido por Quico Posada en 1959 por valor de 3500 pesos.

Los testimonios de Libardo Barrera eran fuente inagotable. Desde cuando fue Militar en el Batallón Guardia presidencial por los años 40; Recuerdo también como si fuera hoy cuando me lo encontraba por las carreteras de la Costa Atlántica en sus viajes a Montelíbano, acompañado de su hijo Jorge y cuando yo iniciaba mi vida profesional en la geografía de esa vasta región caribeña, donde don Libardo como buen paisa hacia empresa.

Libardo Barrera es y seguirá siendo una institución en san Cristóbal. Son cien años de vida y de historia.

Grato es haber conocido en la tierra personas como El.  Ejemplo el amor de sus hijas Nora y Ángela. El apego de los hijos que recuerdo Mario, Jorge, Pedro, Gonzalo, y de aquel que se fue temprano con quien hoy se reencuentra ya  en el cielo  al igual que con sus padres , esposa y hermanos.

Con la ida de Libardo Barrera se va uno de los últimos robles que le quedan a la Comarca, se fue un consejero, un referente de muchas de las personas que por años se han dedicado a la actividad del transporte, se va un señor, un gozador de la vida, un amigo.

Mis sinceras condolencias para sus hijos y esposas, hijas y esposos, sus nietos, bisnietos, sobrinos, familia y amigos.

Un saludo para todos los que  rodearon a este hombre que tuvo el gusto de  desafiar el tiempo y encaramarse a los cien años.

Ya era tiempo que Don Libardo Barrera descansara de la tierra y se reencontrara con los suyos en el cielo. La familia entenderá este tránsito, que duele por su partida.

Estas palabras son un homenaje a DON LIBARDO, pero también un tributo a la amistad antigua de las familias de Don Leopoldo Barrera y Doña Laura Vásquez con la de Don Daniel Restrepo y Teresa Ortiz, padres de Carolina y Graciela (mi Abuela)…Las Restrepo las hicieron perdurar con Laurita Hermana de Libardo.

Horacio Augusto Moreno Correa

24/04/2021.