EDITORIAL

Cuando los medios y las redes anunciaban la tragedia más grande de la historia si ganaba Petro, pasaron las elecciones y ocurrió todo lo contrario, pues ahora se les ve más tranquilos y más decentes. Y lo mismo por todas partes. Es como si a los colombianos, se les hubiere puesto una inyección de pasiflora.

Llevábamos décadas sin que viéramos sonreír a todos al mismo tiempo, y es lo que sucede después del 19 de junio.

Cuando pensábamos que aquellos que hablaban, insultaban, maldecían e injuriaban públicamente a Petro, iban a cerrar sus negocios, a dejar los bancos pelados y que se irían volando del país, nada de eso ocurrió. Hoy, los bancos ofrecen créditos fáciles y abundantes, se consiguen fácilmente los cupos en todos los vuelos, todo el mundo continúa en su lugar y por el contrario, todos quieren darse una palomita a la casa de Petro, simplemente para lo que han hecho todos: felicitarlo, abrazarlo, y tomarse al menos una foto.

Cuando decían que el dólar iba a amanecer a 7.000 ese primer lunes, mentiras. Por el contrario, bastó la noticia de un dólar 15 pesitos más, para que muchos aprovecharan el negocio, jugando y especulando con esa variación de bajo riesgo.

Los medios y las redes que pronosticaban el acabose del mundo si ganaba Petro, hoy se ven con un trato especial, dudando si le deben tratar de don o de doctor o de Presidente o, como los españoles, de “excelentísimo Petro”.

Por su parte, el gobierno se relajó con la llegada de Petro y ve un país muy fácil de manejar, pues todos (aquí y en el exterior) parecen estar en vacaciones y es como si a esa libertad que predicaban todos los candidatos, se le hubiese hecho el milagro ya: no hay congreso, los ministros están como interinos, los concejales se pronostican para alcaldes, renuncien o no renuncien es como lo mismo, los jubilados hacen fila para sonar como ministros de Petro, en las oficinas públicas y privadas solo se habla de Petro. Francia empezó a ser admirada por las clases altas, Petro ya no es malo, es un bacán. Como si todos fuéramos ricos, a los precios de bienes y servicios nadie les para bolas. Las aguas del intenso invierno toman el curso que les venga en ganas sin que nadie las controle o prevenga desastres, usar tapabocas o hablar del virus ya produce risa entre los que no. El pico y placa nadie lo entiende y a muy pocos les interesa saberlo.

Por su parte,  el presidente electo ya tiene una alta aceptación y, como prueba, se le han venido pegando los suyos y los no suyos, los petristas y los antipretistas, o sea, están con él ya el 98 % y solo faltan por pedirle cita el escaso 2 % de los que votaron en blanco  o se equivocaron poniendo la equis.

Lo mejor de todo es, que después del susto que venga el gusto. Y en Colombia, sin que nos den nada de nuevo, todos aparentan ya, ¡estar viviendo sabroso..!

1 Comentario

  1. Pues parece que vivo en otro país….no veo si no empresas montando planes de desinversion, personas naturales vendiendo sus activos y dolarizando, freno a todos los gastos, un nerviosismo generalizado y nula credibilidad a las promesas del nuevo gobierno.
    Solo el tiempo dirá quien tiene la razón, ojalá no sea demasiado tarde cuando tengamos que reaccionar

Comments are closed.