Escrito por: Briseida Sánchez Castaño.

Todo comenzó con una noticia, la más lejana, esas que no alcanzan a tocarte porque sucede al otro lado del mundo, ese  que no importa, porque no es el nuestro, un virus proveniente de  Wuhan comienza a recorrer el planeta, un miedo desconocido, un asombro nuevo, un temor universal, el despliegue de cada país para evitar la entrada del fantasma con mascarilla azul que atraviesa océanos, el cierre de aeropuertos y de fronteras no fue suficiente, el SARS-CoV-2 logró filtrarse a todos los rincones del planeta, ciudades deshabitadas, calles vacías, largos confinamientos que se nos hicieron eternos, reestructuración de hospitales, improvisación de clínicas de campaña, tanques de desinfección recorriendo las ciudades, frascos de alcohol en los bolsillos, fábricas cerradas, teatros clausurados, centros comerciales desiertos, almacenes sellados, escuelas, colegios y universidades despobladas, mercados caídos, empresas quebradas, ricos que se volvieron clase media y clase media que cayó a la pobreza, pobres que pasaron a la miseria y miserables que murieron porque no había a donde más caer, temor constante a ser positivo después de una salida, familias divorciadas, parejas separadas,   líderes disparatados,   cifras de enfermos y muertos marcando cada día sin parar, caos, asombro, estupefacción, miedo sin consuelo, muerte y más muerte de amigos, familiares y conocidos,  cámaras de noticieros volcados filmando hornos crematorios, cementerios sin más compañía que el muerto y el sepulturero, enfermos sin visitas y muriendo solos sin más ayuda que un celular, ultimas despedidas a través de las redes, tanques de oxígeno, ruidos hospitalarios, máscaras de oxígeno, respiradores mecánicos,  cuerpos envueltos en bolsas negras, ataúdes abandonados en las casas de velación, muertos sin velar, hornos crematorios colapsados, enfermos yendo solos hacia el hospital sin nadie más que su propia angustia, amantes con miedo en cada beso que se dan, epidemiólogos inventando estrategias para contener la propagación, laboratorios científicos trabajando intensamente, un rayo de luz con  la ciencia y la vacuna y la filosofía haciendo un llamado a toda la humanidad para conseguir un cambio, el  giro a otro destino más alto para la especie . Pero aquí estamos, parados en el primer día de un siguiente año que marca el tiempo, enfrentando la novedad de un comienzo, con miedo de abrir la puerta para mirar que hay detrás, pero con una fuerza, la única que nunca muere mientras haya un latido y sangre golpeando nuestras venas, ese empuje que sale de nuestras entrañas y que hace que no nos entreguemos a la fatalidad, ese maravilloso brío que tiene la especie y que se impone por encima de nuestras desdichas. ¡Ánimo seres humanos, aplanemos el sufrimiento, creo que lo podremos lograr!

1 Comentario

  1. Seguro que si Briseida ! Esta pandemia nos demostró que aun tenemos que madurar y que el sueño ( aún lo es ) de un Planeta Tierra, necesita del esfuerzo de todos.
    Nos demostró que la natura respira mejor cuando respetamos sus espacios .
    Al menos la tecnologia demostró tambien que no es la chica mala de la pelicula. Si no hubiera sido por ella familias hubieran seguido aisladas y tristes.
    Bello articulo

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