Por: Misael Cadavid MD

Las afectaciones  que la pandemia está produciendo en la salud mental de las personas, especialmente en los trabajadores de la salud, es lamentable además de preocupante.

Manifestaciones de ansiedad, depresión, trastornos  psicóticos, consumo de alcohol, abuso de sustancias psicoactivas, son muy frecuentes en el personal de la salud, todos lo sabemos pero ocultamos realidades que nos aquejan, por miedo o estigmatización social, todos factores importantes que pueden conllevar incluso al suicidio. ¡Qué horror!

Todavía no sabemos cómo esta lamentable situación por la que está pasando el personal sanitario impactará en los índices de suicidio en el país, pero es importante ventilar públicamente esta situación, estudiarla, llegar a consensos, visibilizarla y ayudarnos mutuamente en estos aciagos momentos para prevenir las conductas suicidas. Es un imperativo poner atención sobre la salud mental de los médicos y en general del personal de la salud.

Ante esta pandemia, estamos sometidos a altos niveles de estrés, lo que conlleva a múltiples reacciones emocionales , como temor a enfermarse o morir, sensación de impotencia por no poder proteger a los seres queridos, desesperanza, aburrimiento, soledad, insomnio, aumento de la ansiedad generalizada, reducción en la percepción de seguridad e irritabilidad, sentimientos que pueden favorecer comportamientos de riesgo y subsecuentemente manifestaciones psiquiátricas que en muchas ocasiones enmascaramos.

Y es que el Ministerio de Salud señala que los trabajadores sanitarios tienen un mayor riesgo de infección y trauma psicológico mientras se atiende a pacientes Covid positivos, con tasas tan alarmante como del 30% de manifestaciones mentales en dicho gremio.

Definitivamente nos cae como anillo al dedo el refrán “en casa de herrero cuchillo de palo“, es una verdad de Perogrullo las alteraciones mentales que está padeciendo el personal sanitario pero inexplicablemente minimizamos esta lamentable situación que indudablemente se está reflejando en el ámbito familiar.

¡Es hora de lanzar un S.O.S!

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