Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS     

Respetado Alcalde: 

Por el poder de las mayorías que el pueblo depositó en sus manos, lo convoco, como ciudadano de a pie, a ser siempre independiente frente al pueblo y no estar alienado por ningún partido político ni “muchedumbre psicológica” alguna que pueda obstaculizar su racionalidad superior y su autoridad como Alcalde de la ciudad.  Por lo menos mientras no se descubra una “Vacuna” que contrarreste los efectos nocivos y negativos del mecanismo o estilo administrativo que estamos padeciendo ante la pandemia politiquera que venimos vivenciando y afrontando.

Cualquier gobierno corporativo y equipos de trabajo, en la que sus integrantes aparte de referentes significativos y modelo de virtudes éticas, morales e idoneidad, a toda prueba, están llamados también a liberarse del fenómeno de “muchedumbre psicológica”, para elevar notablemente su nivel de eficacia y eficiencia, imparcialidad, transparencia, justicia e independencia, convirtiéndose en verdadera guía de conciencia colectiva de la ciudad de Medellín.

A la hora de deliberar sobre algún asunto muy importante de Ciudad, contemplado en el Plan de Desarrollo Municipal, que no sea de carácter técnico y que afecte emocionalmente a las personas, una Asamblea de expertos y sabios no llegará a conclusiones muy diferentes de las que emita una asamblea, equipo, grupo o junta arropada en la mediocridad.  El que dude de esto puede dedicarse muy seriamente a observar en la práctica la realidad de estas aseveraciones.

Señor Alcalde: Una Junta directiva, un Equipo de Médicos, Juristas, Ingenieros, y Profesionales de cualquier índole pueden cometer muy serios errores de juicio si por alguna causa se produce entre ellos y su liderazgo como primer mandatario el fenómeno de “muchedumbre psicológica”.  Nadie, por importante que sea, está libre de caer bajo la influencia desquiciadora y perversa de esta estratagema tan sutilmente y poco conocida en la gobernabilidad y gobernanza en el período que usted viene asumiendo como primera autoridad del pueblo.

Es por eso que lo he señalado como un importante obstáculo para el comportamiento ético y la adopción de nuevas y mejores formas de conducta en los gobernantes y su equipo de trabajo, ya que nubla la mente y el entendimiento haciendo que en este instante afloren las peores  “cualidades de la politiquería”, lo contrario de lo que pretendemos lograr en nuestra amada y perteneciente Medellín, que pide a gritos la ética y la moral en la administración pública.

Permítame recordarle respetado Alcalde, que mientras más ahondemos en el estudio de la conducta de una “muchedumbre psicológica”, en la administración municipal, más nos convenceremos del horrendo poder devastador de este fenómeno destructor de la autoridad, el buen juicio y enemigo declarado de la conciencia individual del gobernante y sus equipos de trabajo, cuyas consecuencias fatales y nefastas las tendrá que padecer el pueblo que lo eligió y sus adversarios que con pensamiento y sentido crítico le estamos señalando el rumbo, para reorientar las grandes debilidades que, hoy, venimos padeciendo en la ciudad de Medellín.

Cordialmente,

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                     Medellín, febrero 22 de 2021