En el siglo de la productividad incentivada, los hombres y mujeres nos estamos fijando más en Hacer que en Ser. Sin embargo, el Hacer no tiene sentido si no es una exigencia del Ser.

Por LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS​​​​. 

El Hacer puede convertirse en un activismo, en un dinamismo, en una acción descontrolada, siempre que a ese Hacer no responda un Ser íntimo y profundo. Porque, en ese caso, ese Hacer se convierte en un estéril aparecer. El Ser exige una transformación sincera y profunda, que cambia toda mi vida y en consecuencia también el Hacer; y cambiar el Hacer, porque entonces el Hacer es legítimo, auténtico, profundo y significativamente apostólico. Y el único que puede juzgarme si “soy” de verdad es mi propia consciencia, siempre que no la tenga o acallada o deformada; y mi consciencia, en último término, no es sino la voz de Dios. No basta reflexionar acerca de las relaciones entre Hacer y Ser; necesitamos también analizar la interrelación entre “Tener” y “Ser”.

Indudablemente, hoy, se valora más al que “tiene” que al que “es”; en la escala de valores el Tener está por encima del Ser. Sin embargo, el hecho de Tener más o menos no cambia fundamentalmente al Ser, que sigue siendo sustancialmente el mismo. No podré enorgullecerme de Tener si este Tener no me sirve para Ser más y mejor ciudadano al servicio de los demás.

En efecto, el Tener tiene tanto valor en tanto me sirve como medio e instrumento para ser más, para realizarme más, para perfeccionarme más: es un medio; debe ser un medio y no un fin. El Tener comporta un verdadero valor, siempre que no se lo saque del campo de la instrumentalidad.

En Navidad es bueno hablar a Dios pero no es más bueno, ni provechoso que, oír la voz de Dios; nada de cuanto nosotros le podamos decir a Dios lo ignora Él; en cambio, Él puede decirnos muchas cosas ignoradas u olvidadas por nosotros. No se fíen de la violencia, ni se ilusionen con lo robado; aunque se acrecienten las riquezas, no pongan en ellas el corazón”, dice el Evangelio de la vida. No está el hombre y la mujer al servicio de las riquezas sino estás para el servicio de la humanidad; no debe ser esclavo el ser humano sino esclavas las riquezas materiales: no son malas, no deben tomarse como malas, porque también los bienes de la tierra son bienes de Dios puestos en las manos del hombre y la mujer para su perfeccionamiento; pero cuando en lugar de servir para ese fin se convierten en obstáculo, ya son algo malo.

¡Espero que en esta Navidad no tengas apagado el corazón!. ¡Feliz Navidad 2023 y Año Nuevo 2024!

Cordialmente,

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS​​​​                       Medellín, diciembre 21 de 2023  

 

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