Cuando la transparencia se emplea sin una comprensión cabal de los potenciales efectos de la información revelada, puede resultar improcedente e irresponsable tanto para la organización como para quienes la integran.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS 

Los gobernantes, empresarios, dirigentes, rectores, entre otros, deben tomar constantemente el pulso de la organización institucional y de su cultura, conociendo la capacidad de la gente para asimilar la información y previendo cómo podrían interpretarla y utilizarla.  Se trata, en parte, de usar con astucia la intuición, aunque también existen directrices prácticas que pueden ayudar a estos líderes inspiradores y transformadores a batallar con sus decisiones sobre transparencia.

Tanto transparencia como la credibilidad implican una relación de dos o más personas.  Una persona no puede ser transparente a no ser que tenga alguien que también sea transparente.  Del mismo modo, el nivel de credibilidad de una persona se basa en la percepción de otra persona -que uno piense que es creíble dice poco en el fondo sobre su reputación, ya que ésta está determinada por lo que los demás piensan de él o ella-.  La transparencia y la responsabilidad se demuestran ambas mediante actos. 

Es buena noticia para el gobernante, empresario, dirigente, rector, que intenta llegar a dominar la transparencia mientras refuerza la credibilidad, porque ambas se pueden conseguir a través de comportamientos específicos.  Al hace suyos los nueve comportamientos que te planteo a continuación, un líder inspirador y transformador cumple con las expectativas de credibilidad, y estos comportamientos son prescripciones que desempeñarían un papel importante para determinar cómo se es de transparente.

  • Ser desbordantemente sincero: aunque decir la verdad en las organizaciones e instituciones oficiales y privadas, puede ser complicado y desagradable, la sinceridad debe ser un principio rector constante, el eje del timón del liderazgo. Y tiene que manifestarse visiblemente mediante acciones y decisiones, o no habrá confianza ni credibilidad,  cuando los líderes que actúan con transparencia deciden no compartir determinada información con sus seguidores -quizá porque no dispongan aun de todos los datos o porque, por la razón que sea, no pueden hablar- el irrenunciable principio de la sinceridad les exige decir: “no puedo contárselo ahora mismo, pero esto es lo que puedo decir”.  La sinceridad desbordante se ejercitaría con respeto e interés por los demás, así los seguidores no tendrían que preguntarse por agendas ocultas.  Cuando los líderes de las organizaciones e instituciones privadas y oficiales transmiten este valor básico a todo su equipo, no sólo se genera confianza, sino que además puede producirse otro sorprendente resultado: que los seguidores no acepten disponer de todos los datos.
  • Reunir información: pedir la opinión de los demás sobre algo denota respeto por ellos y les hace ver que los valoras. Asimismo, fomenta la transparencia como un acuerdo recíproco.  Cuando gobernantes, empresarios, dirigentes, rectores solicitan respuestas sobre su propio desempeño y se dan cuenta de cómo los perciben los demás, están mejor capacitados para alinear sus propósitos con la realidad y desarrollar un plan de mejora.  Para aprender y crecer, debemos ser conscientes de nosotros mismos, lo que, irónicamente, requiere la aportación de los otros.
  • Mantener la compostura: un liderazgo inspirador, transformador, eficaz y digno de admiración requiere serenidad. Desafíos, tensiones y obstáculos son inherentes a cualquier organización y a la trayectoria de cualquier líder social.  La forma de comportarse en los buenos y en los malos momentos puede revelar su carácter, competencia, y en última instancia su credibilidad.  Aunque el llamamiento a la transparencia que refuerza la credibilidad incita a estos líderes a revelar sus auténticas opiniones y emociones sobre los asuntos relacionados con su gobierno, la empresa o institución, esto no les faculta para que suelten la melena irresponsablemente.  Los seguidores esperan que sus líderes mantengan la compostura.  Y siempre están observando.  Por lo demás, un cierto grado de precedibilidad genera confianza.
  • Bajar la guardia: los gobernantes, empresarios, dirigentes, rectores que tengan presente el espíritu de autenticidad al tiempo que se esfuerzan por crear lazos significativos con sus seguidores, demostrando sinceridad y revelando información personal que añada valor al contexto del trabajo, estarán cumpliendo con una parte importante de la transparencia del liderazgo que genera credibilidad. Ahora bien, actuar así requiere un cierto grado de madurez y autoconciencia y tener una idea más clara de cómo la gente podría percibir, diseccionar y divulgar esta información.  Y como la autenticidad o transparencia personal define a la larga la calidad de una relación, estos líderes, en mención, deben posibilitar situaciones en las que se encuentren con sus seguidores, permitiéndoles que les conozcan.
  • Cumplir las promesas: los gobernantes, empresarios, dirigentes, rectores que ponen en el mismo plano sus palabras y sus acciones y hacen lo que dijeron que harán son hombres y mujeres que confieren un gran valor a sus compromisos. Pero cumplir una promesa en liderazgo no siempre está claro.  A veces los líderes inspiradores, transformadores y eficaces se ven obligados a reconsiderar promesas y a defraudar a sus seguidores.  En estos momentos la transparencia es particularmente importante, ya que los seguidores que comprenden las razones de una promesa rota suelen aceptar de mejor grado las consecuencias.
  • Manejar los errores adecuadamente: cómo manejar los errores puede ser a la larga más importante que hacer las cosas bien al principio. Incluso con los riesgos que comporta -como parecer débil, incompetente o imperfecto en cualquier sentido-, reconocer los errores denota coraje, responsabilidad y humildad. En definitiva, los errores constituyen una oportunidad de aprendizaje para demostrar visiblemente un compromiso con la sinceridad.
  • Dar bien las malas noticias: dar malas noticias puede ser un asunto delicado, aunque hacerlo bien es una parte esencial de la transparencia del liderazgo que genera credibilidad. Cuando una información delicada, polémica o potencialmente hiriente no se comunica de forma adecuada, la gente puede sentirse traicionada, enojada e indignada.  Se socava la confianza y la relación se resiente.  A la mayoría de nuestros líderes inspiradores, transformadores y eficaces les resulta duro dar malas noticias; algunos, incluso, optan por el silencio.  Pero los que las reciben agradecen por lo general que se les comuniquen cuanto antes, con sinceridad, franqueza, delicadeza e interés.
  • Evitar comentarios negativos: el liderazgo que genera credibilidad y la mantiene requiere una comunicación transparente que demuestre el máximo respeto por la gente. Un lenguaje que divida o sea negativo en cualquier aspecto puede socavar los fundamentos de la transparencia: mejorar las relaciones, incrementar la confianza y construir una reputación creíble.  Los líderes tienen que modelar y fomentar un lenguaje que no emplee culpas o críticas inapropiadas, actitudes de “nosotros o ellos” o formas de hablar desdeñosas.
  • Demostrar interés por los demás: para que los gobernantes, empresarios, dirigentes, rectores consigan influir y motivar a sus seguidores, éstos deben obtener una rotunda respuesta a su pregunta: “¿se preocupan de mí?”. Los líderes inspiradores, transformadores y eficaces tienen que demostrar claramente que, en efecto, se preocupan de sus seguidores, y esto se logra mediante su promoción y reconocimiento y tratando de conocerlos y comprenderlos.  Valorar a los empleados reporta beneficios duraderos y cuantificables en la moral, ética, calidad y productividad, pero un líder no debería manifestar su atención ni valorar a los empleados motivados sólo por el beneficio de la organización o institución que regenta.  Una visión tan estrecha debilita la fórmula y a la larga resta valor a los individuos en una organización oficial o privada.  El verdadero liderazgo se fundamenta en una especie de contrato social que viene a decir: “sígueme y prometo que te ayudaré a triunfar”.  Cuando no se cumple este contrato, quedan en entredicho los motivos que hay detrás de la estrategia de transparencia de un líder, y sus seguidores se ven abocados a especular sobre agendas ocultas.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                Medellín, abril 19 de 2024