OBSTÁCULOS PARA LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN ANDES, ANTIOQUIA

Por: LUIS CARLOS GAVIRIA ECHAVARRÍA

En el pintoresco municipio de Andes, Antioquia, el señor Germán Vélez Orozco asumió la alcaldía con la promesa de un gobierno transparente y accesible, bajo el lema “La alcaldía de las puertas abiertas”. Sin embargo, para muchos residentes, esta proclamación parece ser más un eslogan vacío que una realidad tangible.

Mi experiencia personal, que refleja la frustración de muchos, comienza el 15 de enero cuando solicité una cita con el alcalde con la intención de contribuir con ideas para el progreso de nuestro querido municipio. Con un espíritu positivo y la esperanza de ser escuchado, presenté mi solicitud. Sin embargo, hasta la fecha, todas mis gestiones han resultado en vano.

Reiteré mi solicitud el 22 de enero, el 29 de enero y el 5 de febrero, pero lamentablemente, las puertas de la alcaldía parecen estar cerradas para los ciudadanos comunes que buscan simplemente aportar con propuestas constructivas. Esta falta de respuesta no solo es decepcionante, sino que también plantea preguntas sobre la verdadera naturaleza de la tan proclamada “alcaldía de las puertas abiertas”.

Mi propuesta es simple pero poderosa: establecer una Política Pública que fomente y respalde la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones. La Participación Ciudadana no solo es un Derecho Fundamental, sino también un pilar crucial para el éxito de cualquier administración local.

La implementación de esta política permitiría a los residentes de Andes tener un papel activo en la planificación y ejecución de proyectos municipales. La comunidad posee una riqueza de conocimientos y perspectivas que pueden enriquecer las decisiones gubernamentales y fortalecer la conexión entre la administración y los ciudadanos.

Mi persistencia en la solicitud de una cita no es solo personal, sino que refleja la urgencia de establecer canales efectivos de comunicación y participación. La “alcaldía de las puertas abiertas” debe traducirse en acciones concretas, y la implementación de una Política Pública de Participación Ciudadana puede ser la clave para lograrlo.

Insto al alcalde Vélez Orozco a considerar seriamente esta propuesta como un paso valioso hacia una administración más inclusiva y eficaz. La Participación Ciudadana no solo fortalecerá la democracia local, sino que también brindará a los ciudadanos la oportunidad de ser verdaderos socios en el progreso de Andes.

Espero que, al leer estas palabras, el alcalde reflexione sobre la importancia de abrir las puertas no solo para escuchar, sino también para permitir que la comunidad participe activamente en la construcción de un futuro mejor para todos.

Como un ciudadano comprometido con el bienestar de mi comunidad, mi única intención es contribuir con ideas positivas y constructivas. Sin embargo, la incapacidad de obtener una cita con el alcalde crea un obstáculo significativo para aquellos que desean participar activamente en la mejora de su entorno.

Este no es solo un problema personal, sino un reflejo de un patrón que parece indicar una falta de voluntad para escuchar y considerar las opiniones de los residentes. La negativa repetida a programar una cita socava la confianza en la administración y socava la premisa misma de una gobernanza abierta y participativa.

Es fundamental que los líderes municipales reconozcan la importancia de involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones y que cumplan con la promesa de un gobierno accesible. La participación ciudadana no solo enriquece la administración, sino que también fortalece el tejido social y fomenta un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida.

La atención que el alcalde ha decidido ofrecer a la comunidad los días domingo bajo una carpa en plena calle ha suscitado diversas opiniones. Algunos consideran que esta estrategia resalta su compromiso con el contacto directo y cercano a los ciudadanos, brindando un espacio informal para expresar preocupaciones y necesidades. Sin embargo, para otros, esta práctica resulta cuestionable, pues se percibe como una medida que bordea la indignidad y el irrespeto. La atmósfera intimidante del entorno podría dificultar una comunicación fluida y genuina, limitando la capacidad de los ciudadanos para expresar sus inquietudes de manera abierta y constructiva.

En conclusión, la “alcaldía de las puertas abiertas” en Andes, Antioquia, debe ir más allá de las palabras y reflejarse en acciones concretas. Invito al señor Germán Vélez Orozco a reconsiderar su enfoque y garantizar que la participación ciudadana sea una realidad, no solo un eslogan vacío. La comunidad merece un liderazgo que esté verdaderamente comprometido con escuchar y trabajar en colaboración con sus ciudadanos.