Por LUIS ALFONSO PEREZ PUERTA

Comunicador Social Periodista, y un simple ciudadano del mundo sin fronteras. 

¿Creer? Es algo tan sencillo. Este mundo está repleto de sentimientos, odios, amores, pasiones, excesos de afectos y defectos, crisis de identidad. Convivimos en un derroche de creencias, ideas, opiniones, comentarios y un sinfín de sinónimos y antónimos. Es la crisis existencial de la humanidad.

El Ideal Superior es tener una experiencia divina, no simplemente una creencia, pero solo unos pocos son los elegidos o privilegiados por un Ser Superior. Esos pocos son los favoritos y viven en un estado de iluminación, en el Nirvana, “en un día completamente iluminado”, valga la redundancia, caray.

Esos elegidos son los que pueden ayudarnos desde la distancia, de manera impersonal, sin buscar reconocimiento de nadie. Para ellos, somos “Los Nadie”, aunque la visión feminista contradiga esto y grite con voz histérica: “Este escritor es un machista”. Qué pobreza de visión. No se trata de machismo ni feminismo, sino de la humanidad en crisis en busca de un Ideal Superior. No se trata de un amor sensual. En este mundo, vivimos en una sociedad y debemos cumplir un contrato por el cual nos pagan, y debemos dar nuestra cuota obligatoria. Así que, los románticos y los religiosos solo creen en ilusiones, no en la verdad.

El verdadero Amor es el Universo infinito. La verdadera amada es la Luz. La verdadera espiritualidad es la libertad de ser en el silencio interior, sin crisis de identidad ni protestas. No existen el feminismo ni el machismo ni las diferencias de clase social. Aceptemos el desafío de explorar más allá de nuestras creencias y abracemos la diversidad de experiencias y visiones que nos rodean.

En resumen, no hay dualidad, solo la unidad del ser. Solo existe el Ideal Superior, y el materialismo lo contradice, porque los románticos, los economistas, los lujuriosos, los apasionados, los sentimentales y todo lo relacionado con los “ismos”, sencillamente, afirmo con temor, que nada de eso es verdadero.

Y a manera de conclusión, la razón es la verdad absoluta. Es Dios, sin necesidad de hablar de Él, y no de feminismo ni machismo, para dolor de cabeza de muchos sentimentales – sensuales.

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