Personalmente, creo que necesitamos una sociedad más compasiva, en la que hay que tener consideración por los demás y preocuparse por el prójimo, ya que, si no cooperamos, todos salimos perdiendo.  ¿Por qué disminuye la calidad de vida? ¿Por qué existe una brecha tan grande entre el norte y el sur? ¿Por qué hay toda esta pobreza?  Creo que Colombia podría solucionarlo todo fácilmente con los recursos que tenemos y con una mayor dosis de altruismo.

POR: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

Cualquier momento puede ser bueno para repasar lo aprendido sobre la felicidad.  Creo que el presente decálogo nos da una orientación para no ser infeliz.

PRIMERO: No intente ser feliz todo el rato.  La felicidad es una emoción positiva universal y, como todas las emociones básicas, efímera.  Ahora bien, cuando sienta el gusanillo en su interior que le dice que se siente bien, dígaselo en voz alta a sí mismo: “!Estoy bien!”.

SEGUNDO: Intente disfrutar la preparación y la búsqueda de sus metas y objetivos.  Haga como su mascota, que es más feliz cuando está esperando la comida que cuando pone el hocico en el plato de cereales.

TERCERO: La felicidad es, primordialmente, la ausencia del miedo.  Aparte de su imaginación, todo lo que le puede generar miedo e intranquilidad.  Cabe una cierta ansiedad provocada por los preparativos, pero elimine los grandes miedos de su vida, por lo menos durante una temporada.  Para perder el miedo a las cosas pequeñas hay que habérselo perdido a las cosas grandes, como la perspectiva de la muerte o la falta de trabajo.

CUARTO: Cuide los detalles y las cosas pequeñas en lugar de seguir obsesionándose por los grandes proyectos.  Lo mejor que le puede ocurrir es que le echen en cara que el árbol no le deja ver el bosque.  Pues muy bien, olvídese del bosque y disfrute del árbol.

QUINTO: Las investigaciones más recientes demuestran que el nivel de felicidad aumenta con la edad.  Sabíamos que nunca se es más feliz que durante los nueve meses de vida fetal.  Lo que se acaba de descubrir es que el segundo período más feliz viene con la edad.  Los recuerdos son más numerosos y la consiguiente ampliación de la capacidad metafórica y de la creatividad compensa largamente los procesos de pérdida neuronal.

SEXTO: Concentre todos sus esfuerzos en disfrutar de aquello que más le guste: Leer, jugar al deporte que más le guste, hasta trabajar si le apetece.  Todo, salvo aburrirse delante de la tele o en conversaciones sin sentido.  Es importante sentir que le absorbe lo que está haciendo.

SÉPTIMO: No desprecie a nadie.  La antítesis del amor no es el odio, sino el desprecio hacia los demás.  El sentimiento de desprecio implicaba la muerte en los tiempos primitivos y tendemos a subvalorar su impacto nefasto sobre nuestra vida emocional.

OCTAVO: Cuide sus relaciones personales.  De todos los factores externos de la felicidad -como el dinero, la salud, la educación, la pertenencia a un grupo-, el que mayor impacto tiene sobre la felicidad son las relaciones personales.  Procure no malograrlas.

NOVENO: Aproveche la capacidad que tenemos de imaginar -lo único que realmente nos diferencia de los chimpancés- para pensar en cosas bellas, en lugar de en desgracias.  No tiene sentido la capacidad de la mayoría de la gente para hacerse infeliz imaginando.

DÉCIMO: Durante el invierno no paramos de invertir en nuestro futuro o en el de los seres queridos.  No nos queda tiempo para gastar en nuestro propio mantenimiento.  Hay un exceso de inversión y un déficit de mantenimiento.  Aproveche estas vacaciones y el tiempo libre que le queda para invertir menos y colmar el déficit de mantenimiento de uno mismo y de la familia.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                              Medellín, noviembre 18 de