Por: Balmore González Mira

Todos los días del año recibimos noticias sobre la crueldad de los “seres humanos” con todo tipo de animales, bien domésticos, ya silvestres. Las imágenes dantescas son desgarradoras cuando vemos a “personas” en videos y fotos matar a animales en vía de extinción a machetazos y garrote, los mismos que son mostrados como trofeos en los hombros de los “valientes” que han cometido el crimen. Ni se diga de los “súper héroes” que son capaces de amarrar un perrito a sus lujosos carros y arrastrarlos hasta que mueren con dolor y sin conmiseración alguna y hasta filman su atroz delito. El maltrato animal sigue en aumento en el país, las mentes enfermas parecen aumentar. Perros y gatos son tirados vivos por los puentes y otros a los ríos después de ser sacrificados sin razón y sin piedad. Las imágenes de varios perros envenenados en varias comunidades conmueven el corazón. Una mascota se tiene bien tenida, así sea una sola, de lo contrario es mejor no tenerlas.

Los caballos mueren explotados de cansancio, hambre y deshidratados por las malas prácticas de quienes se creen caballistas y en realidad son unas verdaderas bestias sobre los equinos.

En cuanto a la fauna silvestre ni se diga, está prohibida su caza, comercialización, tenencia y sacrificio. Se han implementado planes de no al secuestro y comercio de fauna silvestre, sin embargo el efecto producido es que ahora ha crecido su tráfico ilegal y sus valores son más altos. Los animalitos sacados de su hábitat mueren fácilmente, de cada uno que llega a una “familia humana” para tratar de ser domesticado, es porque otros más han muerto en ese siniestro camino de la cacería.

Finalmente, no podemos dejar de tocar el tema de los crímenes de aves en estas horribles jornadas de la pólvora. Cuántos pajaritos muertos y muchas mascotas, creo que son incuantificables. Tal vez millones de aves, así parezca exagerado, se mueren por culpa de la maldita pólvora. Unido a ello están las vidas humanas perdidas y la cantidad de lesionados por heridas y por intoxicaciones, sin contar con los daños por incendios y explosiones.

Colombia “El país de la vida” y de la Belleza requiere con urgencia una verdadera norma y unas autoridades que apliquen la prohibición absoluta del uso de “pólvora recreativa” y que solo sea para casos de industria y productividad controlada. Que también se pudiera tipificar una norma en el código penal que dejara como indicio grave de asesinato de fauna, el mero hecho de quemar voladores, totes, chapolas y demás, que realmente son armas homicidas y que no pueden seguir causando daños en las personas y en la maravillosa fauna que tenemos, la que hace que realmente Colombia, sea el país de la Belleza.

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