NO CAPTASTE QUE HABRÍA PODIDO SER UN GRAN PRESIDENTE ESTE LUIS PÉREZ.

Por Carlos Lopera Arango*.

  • Antioquia le ha dado a Colombia, como expresión de su grandeza, muchas figuras paradigmáticas, entre las cuales se destaca sin duda alguna Luis Pérez Gutiérrez, el Visionario de una Gobernanza Pública de excelentes resultados. Su osadía, por ejemplo, para iniciar los metrocables – sistema de transporte masivo que causó impacto mundial cuando mostró su admirable poder de transformación – fue apenas una muestra de su asombrosa inteligencia, puesta siempre al servicio de los más necesitados.
  • Este Luis Pérez parece una gran fuente de aguas cristalinas que brota en la peña de las dificultades para saciar inicialmente la sed de los humildes, y que se vuelve después un caudaloso río que irriga con prosperidad todo lo que toca. Sus obras han sido modelo de gran acierto para el mundo entero y han provocado también – triste es decirlo – una oleada de envidia rastrera y un resquemor de odio virulento entre algunos soberbios prepotentes – y perdón por el pleonasmo – que han pretendido gobernar por siempre a las pobres gentes de este país. No fue extraño, entonces, pero sí bastante desconsolador, ver la fría respuesta en las audiencias nacionales cuando él presentó su candidatura presidencial, habida cuenta de que era quizás el mejor prospecto para sacar a Colombia de los atolladeros del subdesarrollo y de las ignominias de la injusticia social. Luis Pérez sufrió ahí una clara persecución de los mediáticos poderosos (matriz periodística tendenciosa), ésos que nunca le han perdonado su defensa de los pobres y su negativa a gastarse los más de $100,000 millones de pesos en publicidad a costa del erario, cifra escandalosa que sí giró a los medios capitalinos “ La Dupla de los Efes” (Fa y Fe) cuando malgobernó la Tierra del Maíz.
  • Luis Pérez es el máximo orgullo de Cañasgordas, una población del occidente antioqueño azotada otroramente por la violencia partidista y hoy remanso de deliciosa paz. Sus padres, Alberto y Mila, motivaron tan acertadamente a sus nueve vástagos allí, que todos resultaron siendo estupendos profesionales. Esos viejos queridos fueron famosos – al decir de Don Nicolás Gaviria Echavarría, gran pedagogo, parlamentario y escritor – por su extraordinaria solidaridad con los pobres y por un gran espíritu de fraternidad y salutación que alegraba y enaltecía a todos los que trataban con ellos. De tal palo tal astilla diremos, entonces, de Luis. Este recibió varios títulos de prestigiosas universidades gringas, fue campeón internacional de ajedrez, aprendió a expresarse muy bien en la plaza pública y aún en los más exigentes círculo literarios y, sobre todo, supo calibrar su entendimiento con sapiencia y pujanza para favorecer a las clases más humildes de nuestra sociedad. Es preciso mencionar aquí que ante la insuperable gobernanza de Luis – pisacallos para los plutócratas – algunos de éstos han tratado de sembrar “minas antipersonas” en su honra, diciendo que su olfato para invertir lícitamente en terrenos degradados o baldíos ha tenido cierto tufillo de maniobra napolitana. Pero el sol de la decencia no se puede tapar con un dedo, y menos si éste está manchado por repugnante ruindad, y por eso todos los Entes de Control han aprobado sin tacha la gestión de este Gran Luis. Es por eso que somos miles y miles los antioqueños, en un número que cada día aumenta, los que le tributamos una sólida admiración y un cariño sincero. Justísimo es ReconoceR que muchas de las visionarias y grandiosas ideas de Luis son ahora parte de planes de desarrollo nacionales y aún internacionales: metrocables con miles de usuarios en cada día, túneles como el de Oriente con más de 40,000 carros en cada fin de semana, y hechos en la mitad del tiempo y con un considerable ahorro financiero. Las placas-huellas que han dignificado la vida de millones de campesinos, y los computadores para educar y la masificación del internet, que democratizaron la tecnología, hasta el hermoso culmen de tener aquí la primera universidad digital casi gratis del país. Si a esto agregamos las redes de música y la generación de energías limpias para amortiguar la gravedad del cambio climático, su respeto por las diferencias y las divergencias, su apoyo entusiasta a artistas y deportistas ( evidenciado muchas veces en el agradecimiento público de Maturana, Higuita y Maluma), el Banco de los Pobres para generar más microempresas, el bilingüismo para evitar que se prolongue esa estafa institucional de gastarnos más de once años de vida de nuestros estudiantes sin que aprendan realmente el inglés, y la creación de bibliotecas públicas – como la de EPM – son logros de un Luis Pérez Gutiérrez que merece ciertamente como el que más el respaldo político de sus conciudadanos y el registro de su nombre en el Gran Libro de la Historia con letras de oro y de luz.

Nota final: Un admirador anónimo de Luis pide que difundamos las siguientes letrillas a la manera de eslóganes publicitarios para alguna próxima campaña electoral:

  1. Luis Pérez: ¡Visión de progreso impregnada de amor!
  2. Luis Pérez: Amigo de todos los seres que sueñan todavía con una Antioquia mejor.
  3. Metrocables, Puertos de Urabá, placas-huella, túneles maravillosos, computadores para educar: esto es Luis Pérez, el que Piensa en Grande y hace progresar.
  4. Julio Verne fue un famoso visionario de la ciencia ficción. Luis Pérez es un líder extraordinario con visiones sublimes que concreta en acción.
  5. Luis Pérez: Grandeza desde el alma para la justicia social. ¡Carácter con gran calma, un Gobernante Fenomenal!
  6. Director de Planeación era Luis Pérez cuando la construcción del Metro de Medellín arrancó. Esto y otras obras extraordinarias este Gran Líder impulsó.
  7. Luis Pérez: Un corazón inmenso que quiere para Antioquia un futuro feliz. Aroma de libertades, nobleza desde la raíz.
  • Si todavía crees que puedes ser feliz, ¡entonces apúntale a la Grandeza y vota otra vez por Luis!

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*Carlos Lopera Arango fue concejal, periodista, catedrático y consejero de paz. Actúa ahora como conferencista que peregrinó por el Tibet, y como autor de textos de motivación, entre los que se destaca “El Pequeño Manual De La Gran Sabiduría”. Redactó este artículo en homenaje al Doctor Luis Pérez y en exclusividad para EL CORREO.

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