Félix Alfázar González Mira

Desde este periódico venimos insistiendo, antes de empezar la intervención del territorio con las megaobras que transforman la conectividad de Occidente, en la necesidad de equipar la región de capacidades productivas y empresariales que le permitan salir del parroquialismo montañero que llevamos en el hilo genético; y mirar hacia el mundo ya que con el desarrollo vial y portuario el planeta será nuestro. Y hasta nos visitan en Santa Fe de Antioquia, en dos oportunidades, desde otros lares del universo.

Por motivos de mi oficio he tenido que pasar recientemente y estar en algunos municipios de la región que en los últimos 10 años sus habitantes gozaban de buen empleo, ingreso y salarios que lo permitían los desarrollos de las obras viales que se están culminando. Las grandes empresas constructoras de infraestructura física, responsables de los trabajos, tenían en sus nóminas a hijos de la zona que encontraron un espacio laboral en esas materias.

El panorama hoy es diametralmente diferente. Del pleno empleo en servicios hemos pasado al desempleo crónico reflejado en mortandad de negocios, en arrendamientos desvalorizados, en quietud económica y en aumento de la extorsión, robos, hurtos y homicidios derivados de la sequedad y ausencia expresa de dinámicas económicas propias de las localidades que les daban el sustento a sus habitantes.

Ausencia de personal necesario para la elaboración de la panela en Frontino, la pesadez para regresar a la agricultura de cultivos transitorios en Dabeiba, el desinterés de la juventud rural por las actividades agrícolas en toda la región, el poco atractivo que les son las labores del campo, etc.; son las consecuencias de no haber previsto, con proyectos contundentes, disruptivos e innovadores en paralelo a la transformación en conectividad de la región.

‌Siempre insistimos y seguiremos reiterándolo, cuando La Continental Gold empezaba a adelantar proyectos productivos para las gentes de los cuatro municipios de su influencia (Buriticá, Cañasgordas, Giraldo y Santa Fe de Antioquia ), que la agricultura de subsistencia representada en gallinas , huertas caseras, secaderos de café, marquesinas , eran muy buenos para asegurar la alimentación pero comportaban la reproducción de la pobreza. La inversión ejecutada y en ejecución para conectarnos con el mundo no se compadece de la precariedad de los proyectos productivos formulados y en ejecución en la región. Reiteramos nuevamente, como desde hace 10 años, que debemos producir para venderle al mundo en dólares. Qué tal, cómo lo hemos señalado en éstas páginas, que se hubiesen sembrado al menos 10.000 hectáreas de aguacate Hass y otras tantas en limón Tahití, tantas hectáreas de gulupa, otras en cacao, cafés adecuados para exportar con valor añadido, cientos de espejos de agua para cultivar peces, mango Tomy, Marañón en todo ese cañón tropical del río Cauca y en las laderas de la zona minera (como se le ha propuesto a Corantioquia señalando que en El César lo están sembrando para cuando se les acabe el carbón ), viñedos, en fin , todo lo que se ha escrito acá y con destino a exportación. Las condiciones actuales de Occidente serían de dinámicas arrolladoras en el movimiento de dineros para el ingreso de sus empresas y habitantes con ejemplos como Urrao, Sonsón, Jardín, Pácora y Aguadas para no señalar sino algunos que gozan de pleno empleo. ‌ ‌Los ejemplos de Uramita, gracias a las reelecciones alternas del paradigmático alcalde Jesús María Rúa, ha permitido que en ese municipio el impacto de la ausencia de las empresas constructivas sea sustancialmente menor en atención al impulso a la producción agraria en general y a la de exportación en particular. Cañasgordas con el Tour del café, casa-hoteles en la ruralidad y fomento de la ganadería de cría son esfuerzos que se tienen que seguir alentando para aprovechar la cercanía a los centros poblados del Valle de Aburrá, Urabá y el mundo. ‌ ‌Ante la ausencia de liderazgos regionales y locales fuertes se hace urgente la institucionalidad regional que arrope el territorio y lo impulse hacia mejores escenarios de producción, productividad y oferta de servicios de generación de empleo e ingreso. El Comité de ganaderos y agricultores de Occidente llena un espacio que estaba requiriendo la región en ese sector. ‌ ‌La carencia de tejido institucional público-privado también es notoria y necesaria para sacudir a los actores productivos promoviendo la región para el asentamiento competitivo de empresas nacionales y extranjeras que buscan reacomodamiento dentro de la economía global , atendiendo la cercanía cierta a los puertos de Urabá. ‌ ‌La orfandad de empuje de sus dirigentes no ha posibilitado que se explote en toda su extensión las potencialidades universales que tiene el Occidente en materia de turismo acompañado de un bilingüismo arrollador que invite al mundo a conocer sus bellezas de toda naturaleza. ‌ ‌ ¿Será entonces que nuestras gentes con capacidad productiva tendrán que refugiarse en el ejercicio de la minería sin el lleno de todos los requisitos legales? ¿Y que pasará, cuando se termine Hidroituango, con los municipios de su influencia inmediata? ¿Desempleo, extorsión, homicidios, violencia y nosotros parados en un filón de riqueza que nos llama con ansiedad para que la aprovechemos? ‌ ‌Parodiando a los romanos antiguos: que en el futuro no tengamos que llorar como mujeres lo que como hombres no fuimos capaces de aprovechar para beneficio de las generaciones venideras. Cuando todo esté salido de madre. ‌ ‌ .

 

 

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