Por: Emperatriz Echeverry Arenas

Hice un análisis muy personal sobre la muerte, ahora quiero dedicarle unas notas a la “VEJEZ”, realmente es un tema que muchos no les gusta tratar o no quieren aceptar que nos llegó el otoño y que llegar hasta esta etapa de la vida es un privilegio, es una bendición, es el mejor regalo, es cuando el fruto está maduro y es más exquisito, es el mejor momento para dejar a un lado las cargas, las tristezas, el pasado, los resentimientos, y tomar todo lo bueno, disfrutando al máximo lo más simple, lo común y corriente, lo más hermoso la naturaleza y los animales; envejecer es aceptar el cambio físico, es agradecer todo lo vivido, las alegrías, los logros y realizaciones, pero sin olvidar las adversidades, los obstáculos, las enfermedades, las separaciones y las pérdidas que tuvimos que afrontar con valentía y demostrarnos de que estábamos hechos, para salir adelante, incluyendo los errores, las equivocaciones y las malas decisiones, pero esa fue la tarea que tuvimos que aprender para poder aprobar la asignatura y obtener el diploma que ahora mostramos con orgullo, es haber aprendido a madurar, a crecer como seres humanos, a ser responsables con nuestras obligaciones, a decir no a lo que no nos gusta, o basta ya de tanto atropello y manipulación, a querer estar rodeados de gente positiva, alegre, sincera, que nos quiere de verdad, desinteresadamente y nos acepta tal cual somos.

…La vejez es la única cosa que llega sin tener que esforzarnos para conseguirla…, dijo Cicerón. Pero parece que, aunque esta etapa viene sola, si hay que esforzarnos para lograr vivirla de la manera adecuada.

El envejecimiento es una etapa más de la vida de cada individuo. Sin embargo, en nuestra sociedad, los ancianos pierden esa individualidad y son vistos como un “homogéneo”, englobado en lo que se llama “las personas mayores”. Así, sin más, se dispersa y se reduce el valor de la historia individual de cada uno. Llegados a la vejez las posibilidades de elegir se ven detenidas por un entorno que decide por la persona.

Parece como sí, para nuestra sociedad, el paso del tiempo y una larga vida pusiera en duda la sabiduría de la experiencia, el valor añadido de tener una larga historia cargada de emociones y pérdidas, privada de reconocimiento de esos valores, la persona se vuelve “añosa” y eso la convierte a envejecer sin éxito.

Muchos ven a los mayores solo como personas en una etapa final se su vida y estas visiones hacen o generan un entorno lleno de trabas e inconvenientes que les impiden envejecer con dignidad. Es necesario, ser conscientes de que esa realidad plagada de actitudes negativas y discriminaciones provoca graves perjuicios en todas las esferas de su vida.

Concluyo, la calidad de vida de la vejez, requiere que nuestra sociedad, trate a las personas mayores como lo que somos, ciudadanos adultos con la capacidad de decisión.

Un abrazo para mis amigos que han tenido la dicha como yo de envejecer con dignidad. Felicitaciones hoy día del Jubilado.

Emperatriz.

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