EDITORIAL

A la edad de 77 años después de soportar una penosa enfermedad, fallece el docto Horacio Serpa Uribe; hombre de mil batallas, nacido en la ciudad de Bucaramanga, Santander; de profesión abogado de la Universidad del Atlántico, en Barranquilla.

Conocía el Estado colombiano como el que nadie, sus primeros pasos en lo público lo hizo como Juez de la República en las diferentes instancias;  posteriormente incursionó en la política y fue alcalde encargado y secretario de educación de Barrancabermeja, concejal y diputado.

Fue Representante a la Cámara y Senador de la República, trabajó de la mano con Alfonso López Michelsen y de Ernesto Samper; se convirtió el Procurador General de la Nación, tras el asesinato de Carlos Mauro Hoyos. También se desempeñó como Ministro de Gobierno y del Interior; elegido Gobernador de  Santander en el 2008.

 Fue copresidente de la Asamblea Nacional  Constituyente la que expidió la Constitución Política, que actualmente nos rige, siendo un ferviente promotor y defensor del Estado Social de Derecho.

Aspiro a la Presidencia de la República en 1998, ganó en la primera vuelta con un ligero margen de 40 mil votos y en la segunda vuelta fue derrotado por el conservador Andrés Pastrana.

En el 2002 nuevamente se lanza al solio de Bolívar, su contrincante en esta ocasión fue Álvaro Uribe, quien se presentó con un fuerte ideario de acabar la guerrilla, el que resultó  elegido en primera vuelta con más del 50% de los votos.

En el 2006 tuvo la más estruendosa derrota de quedar tercero en la primera vuelta al ser vencido por el reeleccionista Uribe Vélez y por el candidato del Polo Democrático Carlos Gaviria.

Fue nombrado en la Presidencia de Álvaro Uribe, como embajador de Colombia ante la OEA y después de dos años renuncia y es elegido Vicepresidente de la Internacional Socialista, convirtiéndose en el primer y único político colombiano designado en tan importante cargo.

Serpa Uribe, nunca se amilanó en buscar la paz para Colombia, siempre se caracterizó por ser un enamorado de ella y constante promotor, lo que le permitió estar como negociador  en el gobierno de César Gaviria, en las fallidas conversaciones con las Farc, en Tlaxcala, México. También participó en los  acercamientos de una posible negociación con ELN.

En el 2014 llegó nuevamente al Senado de la República, con una votación histórica dentro del Partido Liberal, dejando una gran huella  como Presidente de la Comisión Especial de Paz, ya que dedicó sus mayores esfuerzos en darle firmeza legal y Constitucional al Proceso  de Paz  y a lo acordado, lo que no ha permitido, que sus más acérrimos detractores y enemigos la hubiesen  vuelto cenizas.

A Horacio Serpa siempre lo recordaremos como un  gran ser humano, un gran profesional, un verdadero estadista; con inmensas virtudes humanistas; un defensor sin igual de los derechos humanos y de la paz; protector y reivindicador de  los derechos de las gentes humildes; luchador incansable por derrotar la desigualdades y las inequidades que están dando al traste con nuestro país.

Las personas más cercanas y amigos siempre lo tendrán presente como un gran esposo, padre y abuelo; por su carisma y jocosidad; por ser un gran amigo y aliado; por ser cercano a su gente y a su pueblo que lo vitoreó en todas las plazas públicas del país; sus vibrantes discursos llenos de contenidos sociales nos llenaban de fervor liberal y de esperanzas y nos proporcionaba hilaridad cuando salía con sus dichos de “mamola”, “ni chicha ni limoná”, “contubernio” y “bacalaos”.

Serpa, el hombre familiar, el amigo, el compañero, el consejero; el gran jefe, el caudillo, el soldado de mil batallas; el más genuino exponente del Partido Liberal Colombiano,  después de Jorge Eliecer Gaitán; se nos va físicamente,  pero su pensamiento liberal, sus ideas de avanzada siempre estarán presente en el pueblo liberal y en la política colombiana.  

¡Tendremos a Serpa,  para mucho rato!