Musharrif al-Dīn ibn Mulih al-DīnSAADI.  Irán, 1213  Shiraz– 1291 Shiraz

Sa’dí es uno de los grandes clásicos de la literatura persa y mundial. Poeta de la época medioeval. Reconocido no sólo por la calidad de su escritura, sino por la profundidad de su sensibilidad social. Sus dos principales obras, el Bustán: (El jardín de las frutas)y el Golestán: (El jardín de las rosas) son  libros de profunda sabidur

Todos los seres humanos somos parte de un mismo cuerpo. Cuando la vida afecta a un miembro, el resto del cuerpo sufre por igual. Si no te afecta el dolor de los demás, es que no mereces llamarte humano.

Un poco y un poco, reunidos, se convierten en mucho. El montón en el granero está formado por granos individuales, y gota a gota se hace una inundación.

Tened paciencia. Todas las cosas son difíciles antes de que sean fáciles.

Si discutes mucho para probar tu sabiduría, pronto probarás tu ignorancia.

La rosa y la espina, el tesoro y el dragón, la alegría y la tristeza, todo forma una misma mezcla.

Quien hace el bien se lo hace a sí mismo, y quien hace el mal lo hace contra sí.

Un enemigo al que muestras bondad se convierte en tu amigo, a excepción de la lujuria, cuya indulgencia aumenta su enemistad.

Quien no ama a nadie ignora la alegría de vivir.

Teme a quien te teme, aunque él sea una mosca y tú un elefante.

Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede incendiar el bosque.

El exceso de severidad produce odio, como el exceso de indulgencia debilita la autoridad.

Un hombre es insensible al goce de la prosperidad, hasta que ha probado la adversidad.

Dos clases de hombres se esfuerzan en vano: quien amontona dinero sin gastarlo, y quien adquiere saber sin aplicarlo.

Una palabra que es dulce y se gana el corazón. Digna es de ser creída y merece aprobación. No la repitas, empero, una vez que la hayas dicho. Igual que no se reparte, un dulce que ya has comido.

La planta tiene un momento en que florece. Y tiene otro momento en que se marchita.
El árbol a veces se encuentra desnudo. Y otras se encuentran de verde vestido.

Conversa susurrando con tus amigos para que el enemigo no oiga tus palabras.Junto a una pared cuidado con lo que hablas,

porque quizá detrás de ella haya oídos.

Quien hace las paces con el enemigo lo que hace es injuriar al amigo. Oh sabio, renuncia a la amistad del amigo que se sienta con tus enemigos.

No te apiades de la debilidad de un enemigo, pues si él se hace fuerte no te perdonará. Cuando veas al enemigo debilitadono presumas de tu bigote, que en cada hueso hay un tuétano y en cada camisa hay un hombre.