Por: Balmore González Mira

La telefonía celular se ha convertido inexorablemente en un artículo básico de la canasta familiar, a tal punto que de un lado es un gran negocio para quienes prestan el servicio, es decir los operadores, como también para quienes  comercializan los aparatos, accesorios y demás; y de otro lado no podemos olvidar que hay más celulares en el país que habitantes, a tal punto que hoy se calcula que hay un 1.2 líneas telefónicas móviles por cada colombiano.

El tema ha pasado del estatus que da un teléfono por su costo y por su capacidad, cámara, funciones y otros,  hasta el servicio que estamos recibiendo de los diferentes operadores que pareciera se disputaran a cual presta el peor servicio entre ellos; falta de conexión o conectividad en muchas regiones, caídas de llamadas y en definitiva un servicio del cual hoy todos nos quejamos y lamentamos sin que nadie haga algo por los sufridos usuarios, que realmente pagamos un valor de tarifas nada barata y por el contrario sí demasiado costoso.

Otro elemento más de abuso de los operadores y en este caso, hacer como denuncia ciudadana contra Claro, pues no sabemos si los otros actúan igual. Para cancelar una línea empresarial se acudió al centro comercial Premium Plaza de Medellín y lograr que todos sus abonados pasáramos a tener  cuentas individuales, Claro exigió que debíamos pagar una factura mes adelantada por cada uno de los usuarios y además una por la cuenta empresarial, es decir pagar dos facturas por adelantado y que una vez que la línea quedara a nombre de cada persona natural debíamos esperar dos meses para ir a reclamar el dinero pagado por adelantado, es decir el pago de una factura. Se le propuso que por cada pago simplemente lo abonaran al mes siguiente a cada factura, manifestaron que imposible, que esa era la política de Claro. El representante legal de la empresa fue dos meses después a reclamar los pagos adelantados que se habían realizado y después de hacer la larga fila le respondieron que dónde estaban los respectivos recibos de pago de cada uno de los abonados y el certificado recién expedido de existencia y representación de la empresa que era la anterior titular de estas líneas telefónicas, el respondió que fue él quien había autorizado el traslado a las personas naturales, exhibió  dicho certificado y su cédula y le dijeron que la política de Claro era que también debía llevar los recibos expedidos hacía más de dos meses. Los cuales muy seguramente ya no existen o está borrada si tinta.  En conclusión esa platica se perdió. Claro no la abonará a las facturas. En este caso son como  $250.000. ¿Nadie obliga a estos operadores a devolver lo que en la contabilidad no es de ellos y es la plata de sus maltratados usuarios? ¿Cuántos miles de millones se quedan ahí esperando un recibo? ¿La superintendencia no toma cartas en este asunto? ¿Los defensores de los consumidores podrán defendernos?

Comentario diferente pero igual: al hablar de este tema con algunos contertulios, la queja se extiende a los servicios y costos de los operadores de televisión por cable que cada día se están elevando en precio sin que vayan mejorando en oferta de servicios y por el contrario suprimen canales y ni que decir de los servicios de internet en hogares. ¿Y ahora quién podrá defendernos?

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