POR: NELSON DE JESÚS GONZÁLEZ MIRA
Los lineamientos técnicos, los determinantes ambientales y las especificaciones de aeronavegabilidad particulares y específicas de vuelo o capacidad de una aeronave, para operar en condiciones seguras e inequívocas, entre otros avanzados estudios orientan, fijan y establecen la posibilidad de la elección de un sitio para erigir o construir un aeropuerto con todas las garantías requeridas para prestar un servicio demandado por una determinada sociedad y las necesidades de una región.
Ello, no excluye sitios que en el pasado, por razones de orden político, técnico o natural, fueron o hayan sido descartados a priori, en favor del primero de las tres saberes enunciados, el político, ya que son espacios o áreas que no deben ser soslayadas por más tiempo a los ya casi 50 años que lleva esperando una zona, como el Llano de Ovejas, que de por si con ofertas fehacientes desde los mismos ámbitos que sepultaron cualquier posibilidad pasada, como se describe al inicio de este artículo, hoy son una clara alternativa para la demanda actual y futura del centro del departamento, toda de Antioquia y en general del país.
Antioquia en asocio con su capital, El Distrito de Medellín, y otras entidades de orden público y privado, vienen avanzado en concertar y concretar, por urgida necesidad y mediática política de desarrollo y del progreso regional, en una segunda pista del aeropuerto José María Córdova, lo que puede emprenderse, pero no con ello eludir la responsabilidad histórica de un segundo aeropuerto internacional para los cuatro valles encadenados del centro del departamento. Para ello, desde antes de limitar que el aeropuerto de Rionegro, José María Córdova, fuera el que prestara esos servicios, en la matriz de análisis de alternativas y con estudios completos, bien argumentados y probos resultados, se resalta una completa cualificación, calificación y ponderación de la zona del Norte de Antioquia, Llanos de Ovejas, como una viable alternativa, antes de cualquier estudio o ampliación de otro sitio.
Claro que, para erigir un espacio, área o terreno para los servicios de un aeropuerto, se debe constreñir el más riguroso de los estudios, en todos sus componentes y exigencias de planeación con contenido y cumplimiento en lo técnico, lo ambiental, lo económico, lo social, lo jurídico y la proyección financiera, tanto en exigencias del ámbito local como internacional y con ello garantizar el proyecto que se quiere y demanda esta pujante región. El análisis de alternativas, obligado estudio para estos técnicos menesteres, de aquella época, así lo determinaron. Obvio, que la oferta técnico-ambiental no era totalmente óptima, pero para ello surge la planeación y la inventiva e inspiración de la ingeniería en toda su extensión y expresión neurolingüística, el ingenio a soluciones integrales y holísticas.
Esta afirmación, se establece a partir de consolidadas pruebas de todo orden; si pensamos en que Antioquia dispone de nueve regiones y cuatro valles de desarrollo comercial y turístico que demandan conectividad propia, aérea y terrestre, dado el impulso que se enmarcan entre ellos; como lo son El Oriente, El Aburra, El Occidente y El Urabá Antioqueño, donde la ubicación del megaproyecto, ofrece atención a propios, turistas y viajeros permanentes, que se comporta como una cadena de espacios de desarrollo, y ello es determinante para elegir la alternativa de la construcción de un segundo aeropuerto internacional, para Antioquia. El Llano de Ovejas, equidista de los polos de desarrollo geográfica y políticamente; además, complementado con las vías de 4G y 5G, es la conectividad que ha reclamado Antioquia por años, en temas de competitividad, turismo y urgencias hospitalarias, entre otras.
Todo lo anterior, aunado al notorio crecimiento del flujo de pasajeros y carga que, considerada la demanda actual, se magnifica con el aporte del tráfico atraído, el generado, el inducido y el motivado por nuevas conectividades y mejores servicios, en ello las vías y puertos cercanos, que se vienen construyendo en la zona de Urabá, Magdalena Medio y Bajo Cauca, sin tener a menos el desarrollo y el potencial turístico y agropecuario del Occidente y Norte de Antioquia. No se pueden despreciar las aportaciones que se incluyen en esta ecuación, los principios básicos en la infraestructura de movilidad, como es la seguridad, la comodidad y la rapidez.
El desarrollo no se mide en las tribunas de la opinión y la demagogia, sino con el equipamiento con que se presente una región para atender necesidades básicas de turismo, emprendimiento, movilidad, comercio, industria, construcción, en fin, todos los servicios que se pretendan prestar en una región, como la de Antioquia, una de las primeras del país, en estos escenarios.
Es hora de seguir avanzando en este polo de desarrollo con ideas y pensamientos en grande, para resultados diferentes y respuestas magnánimes, como virtud de realizar proyectos grandes prescindiendo de su dificultad, en dirección a la perfección en general de toda virtud para disposición de un ánimo superlativo. O en donde está El Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación, antes conocida como Ciudad de Medellín, el eje bastidor y vertebral de esta necesidad.
Antioquia, requiere y demanda de aeropuertos, con todas las instrumentaciones y especificaciones técnicas modernas, en cuanto a capacidad y servicio, etapa de la ecuación del desarrollo regional, nacional e internacional. Es, con estos proyectos que surge el detonante del sentido y visible desarrollo de Antioquia, con aportes al orden nacional.
Se recomienda, por todo lo anterior, emprender los estudios serios, viables y concretos que determinen una solución a largo plazo de las necesidades aeroportuarias de Antioquia, para ello se propone que se diseñe ELPLAN MAESTRO AEROPORTUARIO PARA TODA ANTIOAQUIA, y no continuar segregando a este departamento con proyectos regiones e intereses sectoriales, señalando visionariamente una ruta a largo plazo sobre los cielos de Antioquia y que unifique a todas las regiones de este departamento.
NELSON DE JESUS GONZÁLEZ MIRA
Ingeniero Civil – Especialista en Gerencia Ambiental
Tel 310 489 42 43
