POR:MARIA ALEJANDRA VALLEJO ROLDAN

En estos tiempos de cambios y revolución del mundo en todos los sentidos, no podía dejar pasar el poner sobre la mesa un tema que es otro de los muchos que me apasiona investigar y es la adoración a la Santa Muerte, la cual ha venido en aumento no solamente en México sino también en América Latina y el mundo, así como la oposición de las distintas religiones especialmente la católica. La Santa Muerte es una figura no reconocida como santo por la Iglesia Católica, en tanto que para un amuleto o figura de este pueda tener efectividad tiene que contar con la bendición de un sacerdote católico.

Por otra parte, para la iglesia católica el poder ostentar la calidad de Santo ha sido objeto de muchas discusiones puesto que para dicho título se debe contar con unas calidades y cualidades tradicionales con las cuales evidentemente La Santa Muerte no cuenta. Para la mayoría de los católicos y cristianos la muerte es un estado y no una entidad personificada por lo que no puede verse correcto ni aceptable la mitificación y la adoración de esta sin que se vea como un pecado dichas actitudes.

Empezaré entonces por un poco de historia sobre la Santa Muerte, esta deidad es una imagen que personifica la muerte y es objeto de alabanza en varios países del mundo. La adoración a esta ha sido fuertemente criticada por las distintas religiones especialmente por la católica, la evangélica, pentecostal, bautista, presbiterana por solamente mencionar algunas de ellas, las cuales rechazan y condenan tajamente su adoración por considerarla diabólica, pero, por el contrario, para sus fieles la muerte no se debe considerar “mala” o diabólica bajo ningún aspecto, toda vez que curiosamente hace parte integral de la vida.

La Santa Muerte, contrario a lo que el común denominador de la gente cree no es un culto que surge hace poco, es un culto que data de tiempo atrás y que se ha venido consolidando, reafirmando y aumentando de manera considerable. A través de los distintos estudios y diferentes investigaciones se ha podido constatar que su primer avistamiento data de la época prehispánica unida esta con los dioses que nuestros antepasados veneraban de manera cotidiana.

En la cultura maya dentro los dioses más destacados y relacionados con La Santa Muerte encontramos Ah Puch quien se reconocía por tener forma de esqueleto en todo su cuerpo y su rostro era el de un jaguar, y quien tenía como misión cuidar el inframundo. Por otro lado, en la cultura Azteca tenemos a la diosa Mictecacíhuatl quien se encargaba de cuidar y/o vigilar los huesos de los muertos en el infierno. Así mismo, era muy solicitada por personas que creían que podían obtener el poder la muerte, pero bajo la creencia que ella concedía favores a muy alto costo. Algunas leyendas aseguran que ella trabaja de la mano de Satanás puesto que tanto ella como él pueden encargarse de llevarse las almas de quienes no actúan de una manera lugar donde pertenecen correcta al infierno.

De acuerdo con las historias y las leyendas del origen de la Santa Muerte, esta también  se puede ubicar a mediados del siglo XVIII en territorio cercano a la provincia de Corrientes (México), lugar en el cual se encontraba las misiones jesuíticas guaraníes quienes  comenzaron a profesar su fe por esta deidad y a su vez mezclar la fe católica aunado esto a las creencias de los esclavos africanos.

Otra de las leyendas del origen de la Santa Muerte fue basada en un relato que se hizo sobre una acusación a un monje por curar a unos indígenas y aborígenes por medio de la brujería, se tomó la decisión de que su celda fuera cerrada y su puerta sellada, su alimentación se proveía por debajo de la puerta, y unos años después sus custodios decidieron ingresar a la celda para verificar como se encontraba y se llevaron una sorpresa al abrir la puerta y encontrar sus huesos en forma de esqueleto, levantando la mano y señalando al hombre que lo había acusado de brujería. A los pocos días los guardianes que se hicieron cargo de él, fallecieron por misteriosas enfermedades.

Así mismo el culto a la Santa Muerte data desde 1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto al que llamaban muerte en la parte central de México, pero su culto de manera oficial se daría a conocer en el estado de Hidalgo en el año de 1965, ella empezó a ser adorada por personas que exponían sus vidas diariamente tales como políticos, policías, miembros del crimen organizado entre otros; actualmente la Santa Muerte es adorada por personas como las anteriormente mencionadas así como por ciudadanos de a pie, la forma de adorarla es haciendo pactos con ella, invocándola para protección y recuperación de salud, artículos robados, miembros de familias secuestrados y/o para el éxito de algún negocio del crimen organizado.

Posteriormente en la década de los años 2000, en lo que se refiere a la desregulación en varios períodos de gobiernos, en México se fue entrelazando un fuerte incremento de las fuerzas y pugnas entre los mismos carteles y entre éstos y los gobiernos. En el diario mexicano La Jornada fechado del 22 de noviembre de 2007, la Secretaría de Gobernación aceptó como agrupación religiosa a la iglesia Católica Tradicionalista mexicana – estadounidense identificada como “La Santa Muerte”, esto de acuerdo con lo manifestado por el señor DAVID ROMO GUILLÉN quien se consideraba como “arzobispo primado de dicha agrupación”.  Por otro lado el diario El Universal en su página de internet el día 22 de noviembre de 2007:  “Afirmó que la Secretaría de Gobernación (SEGOB) carecía de personalidad jurídica, por lo que se advirtió que por lo que advirtió que de ostentarse como asociación religiosa podrían hacerse acreedores a sanciones; precisa que: “no cuenta con personalidad jurídica alguna y de hecho la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público prevé sanciones a quien se ostente como asociación religiosa, sin contar con el registro constitutivo correspondiente”.

 

Con base en lo antes descrito en México desde el año 2005, se canceló el registro constitutivo al culto que promovía la adoración a la Santa Muerte, dicho permiso fue cancelado por la Secretaría de Gobernación de México, esto en aras de que no se podía considerar como una religión y que esto desviaba los lineamientos y estatutos de las religiones y cultos. En el período de los años 90, el entonces presidente de México Carlos Salinas de Gortari emprendió reformas a la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, con el propósito de mejorar las relaciones entre el estado y las diferentes religiones, esto lo hizo a través de algunas modificaciones que les permitieran la obtener su personería jurídica.

La muerte puede ser representada por la figura de un hombre o de una mujer o por la combinación de ambos, en este orden de ideas para tener una mejor idea de su representación sí se representa bajo la figura masculina se representa de manera tal que causa bastante impresión esto es con una guadaña y un rosario, por otro lado, si se representa por una mujer se viste con una túnica blanca y una corona de oro.

La Santa Muerte ha causado una gran revolución en estos últimos tiempos por la cantidad de adeptos que ha ido ganando, especialmente en las clases marginales de la sociedad y en el bajo mundo porque le hacen peticiones para que sus vueltas y cargamentos lleguen a su destino.

En América Latina el culto a la Santa Muerte ha venido en un crecimiento significativo, especialmente en países donde a “La Flaquita” como se le conoce ha venido siendo objeto de muchos cultos y de adoración y de alabanzas no solamente por las clases menos favorecidas de la sociedad, ni por los delincuentes quienes le hacen ofrendas y le rezan para que “sus vueltas” salgan bien, sino también por distintas personas que de una u otra manera creen en ella y le rinden culto a ella. En este orden de ideas: “A la Niña Blanca se le representa de diversas maneras. Puede estar sentada sobre un trono o parada con su túnica y una guadaña en mano. Además, dependiendo de quien porte la figura, podrá estar vestida de quinceañera o de novia; de rojo o de amarillo según el favor que le vayan a pedir.  El culto a La Flaquita es para todos, pues no hay intermediarios que regulen las prácticas y las tradiciones van surgiendo conforme sus creyentes lo van dictando, no están escritas en ningún lado.”[1]

Por otro lado, quienes adoran y/o veneran a la Santa Muerte lo ven como algo absolutamente natural, como ley natural de la vida, que debe ser aceptado. Esto lo vemos más que resaltado en la ciudad de México con la celebración del DÍA DE LOS MUERTOS. Se puede entender a la muerte como un ser que sufre pero que se encarga de un trabajo penoso, que se le entrega un poder grande pero que carga uno más grande recibe ese poder de Dios, a quien obedece al ser la muerte un elemento indispensable para la vida. A la muerte se le ve más como un ángel que como un demonio se manejaría más como el concepto de AZRAEL ángel de la muerte para los judíos, que como cualquier otra cosa.    

La muerte es lo único que todo ser humano tiene seguro, esta no discrimina por sexo, raza, clase social, credo, religión o corriente política a todos nos llega porque todos nos vamos a morir. Es por lo que a la Flaquita como también se le dice no es prudente ni recomendable pedirle cosas negativas para otras personas. Una vez le pides un favor a la Flaca o le haces una ofrenda a cambio estas pueden variar, toda vez que puede ser desde algo material tales como veladoras o mejoras a su altar hasta cosas simbólicas tales como una canción, o “echarse un tequila con ella”, sacarla a pasear, o vestirla de fiesta también son válidas promesas tales como hacer las paces con algún familiar o cambiar algún tipo de hábito o cualquier cosa que dicte el corazón. El trato que se le da a la niña Blanca es un trato más de sinceridad y de compañía y de respeto, algo muy distinto al de temor que se le tiene a los Santos y rituales religiosos. Se le trata más como un miembro de la familia más, y mostrarse ante ella sin tenerle miedo, pero tampoco faltarle al respeto.

De acuerdo con la historia a la Niña Bonita, La Madrina, La Patrona y/u otros apodos que se le tienen, se le hacen ofrendas y/o regalos que van desde comida flores, juguetes, hasta licores puros o incluso ofrendas de sangre, lo anterior a cambio de una venganza, justicia en casos de impunidad, entre otros. Contrario a lo que muchos creen, los seguidores de La Santa Muerte no son únicamente delincuentes, asesinos, malhechores o narcotraficantes, por el contrario también encontramos personas del común denominador de las clases sociales, entre los cuales priman los de la tercera edad, quienes le hacen oración como a cualquier otro santo del cual son devotos y quienes piden que ella interceda ante Dios, puesto que creen fielmente que es una aliada que trabaja con él que sigue y obedece sus órdenes.

Cuando se va a iniciar la adoración y/o veneración a la Santa Muerte, a las personas se les hace entrega de una primera información como es no se le debe tener miedo, pero que tampoco nunca se le faltará al respeto. El trato que se le debe dar a la Santísima es el mismo que se le da a una persona real por lo que es muy común poner dulces en los altares, tomarse unos tragos con ella, ofrecerle comida entre otras, es en pocas palabras hacer lo que se hace con los mejores amigos que son los que más respetamos y queremos.

Una persona que adora a la Santa Muerte tiene como ideales evitar toda actitud que limite la vida humana como los miedos, las tristezas, el odio, las envidias, entre otras. Por otra parte, las estatuas de la Santa Muerte, se hacen en variedad de colores tales como blanco, rojo, verde, morado, dorado, y negro (estos se hacen para el amor, la pureza, la justicia, la salud, la abundancia y la protección total). A la Niña Blanca o La Flaquita se le hacen ofrendas tales como flores, comidas e incluso tabaco y marihuana y/o velas en su honor.

La Santa Muerte es una figura de culto religioso de origen popular mexicano que durante los últimos diez (10) años ha tenido mayor auge y ha cobrado vida, ante las necesidades y problemas de las personas que viven en situación de vulnerabilidad. En este orden de ideas la devoción de la Santa Muerte se ha vinculado con actuaciones delictivas de algunos de sus fieles (devotos), lo que no es real puesto que la mayoría de los devotos que se integran y/o vinculan son personas de todas las clases sociales, económicas y culturales que no han encontrado respuesta en otros cultos.  

A la “Niña Blanca” se le hacen peticiones de amor, protección, suerte, salud y dinero, esto se hace a través de prácticas de tipo religioso de oraciones y de ritos. A “La Flaquita” de acuerdo con sus devotos no se le piden milagros sino favores y/o “paros” la mayoría de las personas que siguen este culto hacen parte de la iglesia católica, van a misa y tienen afinidad con la Virgen de Guadalupe o con San Judas Tadeo, a pesar de que la Iglesia Católica no reconoce este culto como tal y además lo condena catalogándolo con delincuencia y prácticas paganas. La Santa Muerte es considerada como una consecuencia del pecado, y por lo tanto no puede ser catalogada como una santa. Esta representa la fe que se ha perdido a la Iglesia Católica. La Santa Muerte ha sido una figura muy controversial porque ha sido rechazada por unos y adorada por muchos otros, para los que la adoran La Flaquita  ha funcionado como un vínculo entre lo espiritual y lo terrenal y de esta manera ha cumplido su imagen de culto.

En este orden de ideas, quisiera dejar un interrogante para reflexionar, si la muerte hace parte integral de la muerte, ¿La Santa Muerte oda al crimen, culto o filosofía de vida?

[1] https://origin-www.ngenespanol.com/el-mundo/santa-muerte-la-misteriosa-tradicion-religiosa-que-se-practica-a-lo-largo-de-america-latina/