Por: Balmore González Mira
Mis vacaciones, luego de más de un año de pandemia y los cuidados necesarios, no podían ser normales, unos días en el maravilloso departamento del Chocó me llevaron a reflexiones sobre este territorio de contrastes.
Quibdó, esa capital rodeada de vegetación, de humedad, de diversidad y de riquezas naturales, con su incomparable clima y sus alegres y hospitalarios habitantes, es lo que muchos denominan la paradoja de la vida. Una geografía llena de milagros que solo se aprecian allí y de riquezas inmensas frente a unas comunidades pobres y llenas de necesidades.
Mi reflexión pasa por la necesidad urgente de implementar con toda decisión por parte del estado colombiano, donde se comprometan los gobiernos nacional, departamental y locales, y obviamente todas las entidades y corporaciones y el estamento privado y productivo, en una estrategia de educación ambiental en todos los territorio chocoanos como una especie de piloto que le cambie el chip a las próximas generaciones sobre la conciencia ambiental; donde el niño que empieza hoy en el hogar y en la escuela vaya creando una cultura integral sobre el cuidado de los paraísos donde vive. Conocí Tutunendo y Nuquí en esta oportunidad y poder disfrutar las aguas dulces del primero y el mar y las playas de la exuberante belleza del segundo, solo puede hacerse en este territorio, aunado a ello el tema de las ballenas y las tortugas como un valor agregado a lo ya existente permanentemente, hacen el disfrute visual del visitante que lo lleva a palpitar rápidamente en su corazón.
Chocó es Colombia, es naturaleza, es riqueza, es diversidad, es folclor, es maravillosa gastronomía, es territorio ancestral, es un paraíso en desarrollo; Chocó debe ser intervenido como una región patrimonio de la humanidad, donde haya explotación adecuada de sus recursos, donde ese gran pulmón del mundo sea protegido, donde podamos ir a conocer y disfrutar de lo que en otras latitudes envidiarían tener para conservarlo y cuidarlo como un tesoro que nadie pudiera ni dejara destruir. Chocó es único e irremplazable, Chocó es Colombia, Chocó es de todos.
