Bogotá (Colombia), 25 nov (EFE).-Las protestas sociales que desde hace cuatro días sacuden a Colombia volvieron a sentirse este domingo en las calles de sus grandes ciudades mientras el Gobierno sigue esquivando el diálogo directo con los líderes de la movilización.
Lo que comenzó como un “paro nacional” convocado para el pasado jueves por las centrales obreras contra posibles reformas laboral, de pensiones y tributaria, entre otras causas, se ha transformado en un movimiento ciudadano que adquiere fuerza cada día mediante convocatorias en las redes sociales y este lunes volverá a tomar las calles.
RECHAZO A VIOLENCIA POLICIAL
En la jornada del domingo, la menos intensa de los cuatro días, las manifestaciones giraron en torno a Dilan Cruz, un joven de 18 años que el sábado fue víctima de la violencia policial al ser herido de gravedad en la cabeza por una bomba aturdidora disparada por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), cuando participaba de una protesta en el centro de Bogotá.
“El Esmad, una entidad creada por el Estado, agredió y le disparó un gas lacrimógeno de frente a un estudiante de este colegio. Yo soy docente, hemos salido a marchar pacíficamente, decentemente, sin agresiones”, dijo a Efe una maestra de Cruz ante el Colegio Ricaurte, donde estudia el herido.
Otra manifestación tuvo lugar frente al Hospital San Ignacio, en el que Cruz permanece con pronóstico reservado en la unidad de cuidados intensivos, y donde una multitud se reunió alrededor de un improvisado altar adornado con flores blancas con las que formaron un corazón que en su interior tenía mensajes como “Fuerza Dilan” y “Todos somos Dilan Cruz”.
DIÁLOGO ESQUIVO
En respuesta a la protestas, el presidente colombiano, Iván Duque, inició hoy una “conversación nacional” en la Casa de Nariño con los alcaldes de capitales y gobernadores elegidos el pasado 27 de octubre y que asumirán el próximo 1 de enero, con quienes habló de distintos temas de la agenda nacional, pero sin centrarse en las protestas y las demandas populares que las impulsan.
“Estamos en momentos donde el país ve expresiones ciudadanas con preocupación, pero también ve expresiones ciudadanas con admiración”, dijo, y subrayó que “muchos de ellos tienen insatisfacciones acumuladas por años, por décadas, y sus anhelos hoy son los que más nos exigen”.
El presidente se refirió a los “jóvenes que tienen frustraciones, que quieren la universidad, que quieren el empleo, y nuestro deber es construir esos mecanismos y esas oportunidades escuchándolos”, manifestó en el acto con las autoridades regionales electas.
Sin embargo, a la “conversación nacional”, que según dijo incluye cinco grandes temas para discutir de aquí al 15 de marzo de 2020, no han sido invitados los líderes de las centrales obreras ni estudiantiles que mueven la protesta.
“Presidente Duque sea serio. A quien debe convocar es al Comité Nacional de Paro, conformado por las organizaciones convocantes de esta magna movilización”, afirmó el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores de Colombia (CUT), Diógenes Orjuela.
El líder sindical señaló que la Comisión Nacional de Concertación, convocada por Duque esta semana, no los representa y pidió al jefe de Estado que “no se invente interlocutores”.
Por eso, los alcances de esta reunión son una incógnita ya que cuando convocó la “conversación nacional”, el presidente dijo que con ella buscaba fortalecer “la agenda vigente de política social”, pero no hizo referencia a los reclamos planteados por sindicatos y organizaciones sociales.
RECOMENDACIONES AL PRESIDENTE
La alcaldesa electa de Bogotá, Claudia López, del partido Alianza Verde, dio una declaración después de participar en la primera reunión con Duque y aseguró que le hizo al presidente cuatro sugerencias para que este diálogo tenga sentido y utilidad.
“La primera es que ninguno de nosotros (los electos) representa a la ciudadanía en las calles; ellos tienen sus propios voceros, sus propias organizaciones, sus propias agendas y demandas, y por supuesto lo que ellos están esperando es que se los convoque (…) para que sea directamente con ellos la conversación o diálogo nacional”, manifestó.
López recomendó además a Duque un cambio de “actitud de cara a este diálogo con la ciudadanía”, y “humildad para reconocer que hay cosas que van mal pese a todos los esfuerzos que se están haciendo”, así como “hacer cambios, hacer concesiones”.
Una propuesta polémica fue del alcalde electo de Medellín, Daniel Quintero Calle, quien llevó a la reunión con Duque la idea de convocar una Asamblea Nacional Constituyente, mal recibida por analistas y políticos que consideran que los problemas del país se pueden resolver con la actual Constitución, sin necesidad de embarcarse en un reforma de la Carta Magna de 1991.
“Colombia necesita renacer, una Asamblea Nacional Constituyente es el camino”, manifestó Quintero en Twitter, y en la misma red le llovieron críticas por su iniciativa.
LLAMADO A LA CIDH
La crisis, la más delicada desde que Duque llegó al poder hace 15 meses, ya trascendió al exterior pues además de las denuncias de Amnistía Internacional sobre los abusos policiales, congresistas y oenegés pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigue la “grave situación” de esos derechos durante las manifestaciones.
Los senadores Iván Cepeda, del partido de izquierdas Polo Democrático Alternativo (PDA), y Antonio Sanguino, de Alianza Verde, afirmaron que la protesta “ha dejado heridos de especial gravedad y un significativo número de personas detenidas arbitrariamente”.
Junto al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, los congresistas pidieron que “cese la intervención” del Esmad y que se inste al Estado colombiano a “garantizar el derecho a la protesta” en todo el país.
IMÁGENES FACILITADAS POR LA PRESIDENCIA DE COLOMBIA DE LAS DECLARACIONES DE IVAN DUQUE, PRESIDENTE COLOMBIANO.