Bogotá, 7 mar (EFE).- Un gran mural pintado este viernes en Bogotá que se preguntaba “¿quién dio la orden?” en el caso de los llamados “falsos positivos”, como se conocen en Colombia los asesinatos de civiles a manos de militares que los presentaban como guerrilleros muertos en combate, apareció este domingo vandalizado.

El mural, de más de cinco metros pintado al lado de un puente en la autopista norte de Bogotá, representaba los rostros de trece altos cargos del Ejército que supuestamente fueron los responsables últimos de estas ejecuciones extrajudiciales, junto con los números de muertes que se les atribuyen a cada uno.

Entre los rostros estaban los excomandantes del Ejército Nicacio Martínez Espinel, a quien las organizaciones de víctimas le atribuyen 75 ejecuciones; Mario Montoya Uribe, con 2.429 supuestas ejecuciones u Óscar Enrique González Peña, presunto responsable de 1.653 asesinatos.

Todos los rostros que aparecen, de militares retirados o que siguen en activo, tienen investigaciones abiertas por casos de ejecuciones extrajudiciales entre el 2000 y el 2010.

Sin embargo, en menos de 48 horas, los rostros de esos comandantes y altos cargos del Ejército aparecieron arrancados y borrados este domingo.

“La verdad duele y lo haremos tantas veces sea necesario”, valoraron desde la asociación de Madres de Falsos Positivos de Colombia (Mafapo).

“En el mural lo que hacemos es actualizar la cifra de las ejecuciones extrajudiciales que ocurrieron en nuestro país en uno de los periodos que tuvo una mayor violencia y una mayor victimización para la sociedad civil”, dijo el viernes a Efe la abogada y portavoz del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) Daniela Estefanía Rodríguez.

La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) decidió recientemente triplicar el número de víctimas de estas ejecuciones extrajudiciales, resolviendo que tras los aportes de varios organismos del Estado y organizaciones civiles, los falsos positivos en Colombia fueron 6.402, y se cometieron sobre todo durante el periodo de Gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).

Las organizaciones de víctimas como Movice lanzaron una “Campaña por la verdad”, con la cual se realizó este mural, para “hacer un reconocimiento de esta importante cifra, llamando la atención sobre que no es una cifra definitiva sino que va a seguir aumentando a raíz de las investigaciones que realice la Jurisdicción”, avisó Rodríguez.

El mural constituía un “acto de memoria” y de reivindicación para “exigir al Estado que pueda hacer un reconocimiento definitivo de la revictimización que ha liderado durante años sobre estas madres, hermanas, esposas que han perdido a sus familiares de una forma ilegítima”.

No es la primera vez que las organizaciones de víctimas pegan un mural con este mismo diseño, el mismo lema y los mismos rostros en Colombia y tampoco es la primera vez que aparece vandalizado en tiempo récord.

Ya pasó en octubre de 2019, con un mural similar en la misma localización con los rostros de los militares y la cifra de 5.763 víctimas, en un acto que se volvió viral y levantó un grito de denuncia contra la censura.

Muchas personas compartieron entonces el cartel, generando la campaña cuya estética es claramente conocida y los panfletos se ven en los muros de las ciudades y en cada manifestación por desaparecidos y “falsos positivos”.

Los “falsos positivos”, que conforman el Caso 3 de la JEP y uno de los capítulos más oscuros del conflicto armado colombiano, involucran a unos 1.500 militares que engañaban a los civiles para asesinarlos y presentar mejores resultados a sus superiores y de esta forma obtener permisos, premios y otros beneficios.

La Fiscalía ha investigado cerca de 5.000 casos de “falsos positivos” que fueron cometidos entre 1988 y 2014 y por los que han sido condenados sólo algunos soldados o suboficiales. EFE

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