Por: Balmore González Mira
Dicen que cuando los vientos soplan favorablemente, las cometas se elevan; o cuando los astros se alinean cualquiera que quede en la mitad de ellos, vuela lejos. Es exactamente lo que está pasando con los territorios del Occidente y Urabá, dos regiones unidas inexorablemente por su geografía, su hidrología, su historia, sus gentes, sus productos y sus vías. Unidas por el gran desarrollo que les espera y si a ello le sumamos el suroeste, tendríamos un espiral desde Caramanta hasta Arboletes pasando por todo el corazón del suroeste y el occidente, como un territorio lleno de oportunidades, sin precedentes en la historia geografía del país.
El león dormido como lo ha denominado un viejo mito, ancestral en la región, tiene que despertar, el león dormido de occidente no puede seguir en manos de Morfeo viendo pasar el desarrollo y todos los días insistimos en que hay muchas cosas por hacer, pero poco hacemos por esas cosas.
La dirigencia de estas tres regiones, Suroeste, Occidente y Urabá, deben dejar los celos de liderazgo y conformar un esquema supralocal e inclusive suprarregional y reunirse en una figura que de verdad lea e interprete lo que está pasando y está por llegar a nuestro territorio; recoger todos los esquemas de provincias, de Encuentros regionales, asociaciones de municipios y demás, y sin que estas desaparezcan, integrarlas con un pensamiento allende las fronteras, en los propósitos de lo que podría realmente enmarcar la Mejor Esquina de América; crear frentes comunes que acorten las distancias, como va a ocurrir o está ocurriendo con las vías 4G, y hacer conexiones fuertes en materia comercial, ambiental, turística, y en fin, en todo el manejo territorial con las bondades que nos presentan las tres subregiones. Elaborar con un urgencia un Plan de Ordenamiento para las tres subregiones, enarbolar las banderas del desarrollo sostenible, de la unidad y buscar la creación de otra brigada que una a los batallones Nutibara y Pedro Justo Berrio que controle este corredor hacia Urabá con la brigada XVII y que estas se conformen en una división que de verdad lleve seguridad a todo este corredor, como el territorio más importante de Antioquia y hasta de Colombia en lo que va corrido del siglo XXI y como una zona geoestratégica para comunicarnos con el mundo entero; dando paso al verdadero desarrollo de la Constitución política de 1991 en el tema de creación de regiones fuertes que propendan por el desarrollo armónico del país y entre nosotros está el verdadero capital humano y territorial para lograrlo. ¡Vamos por una verdadera unidad regional!
