Por: Balmore González Mira

Siempre hemos escuchado que Urabá es tierra de nadie, y nada más alejado de la realidad que este infundado e injusto dicho, puedo asegurar con miles de razones que Urabá es tierra de todos.

Gracias al Gobernador Luis Pérez tuve la inmensa fortuna de vivir y disfrutar estas maravillosas tierras de la creación durante los años 2016 y 2017 como Gerente del Contrato Plan Atrato Gran Darién, allí conocí de cerca sus necesidades básicas insatisfechas pero también el tesón y la capacidad de sus gentes y de sus nuevos residentes, llegados de todas las latitudes del país, que vieron en esta próspera región la oportunidad de crecer sus economías y de poder afincarse en la zona de más proyección y desarrollo, tal vez de Colombia o tal vez de América.

Desde la inhóspita y mágica  selva de Vigía del Fuerte y el recóndito  y lejano  Murindó,  con sus carencias, sus humildes caseríos y su propia cultura sobre el Rio Atrato, la capacidad de resiliencia de sus gentes y sus deseos insuperables de sobrevivir diariamente a las inundaciones de invierno o a las sequías inclementes del verano; pasando por las nutridas fuentes hídricas y riquezas terrenales de Mutatá; por los productivos y exuberantes campos y paisajes de Chigorodó y Carepa; las transformadas y pujantes ciudades de Apartadó y Turbo, la primera que se erige como capital y la segunda como el gran distrito portuario de Colombia y de América latina; la riqueza agrícola de San Pedro que se yergue como una gran despensa indispensable en su anillo vial hacia el norte; la histórica Necoclí con sus riquezas de Ensenadas, manglares y cadenas volcánicas,  y el aún no descubierto de riquezas en playas y ríos de colores de San Juan; hasta llegar al paradisíaco municipio en límites con Córdoba, llamado Arboletes, que con su gran avance y desarrollo invita a turistas a volverlo a visitar. Urabá es también paisaje, cultura, valentía, resistencia, folclor, gastronomía; Urabá es la pasión por el mar, por la riqueza y diversidad ambiental, es playa,  es brisa, Urabá es el paraíso terrenal que los antioqueños tenemos que celebrar y disfrutar.
Conozco de cerca y personalmente el trabajo de varios de sus dirigentes y alcaldes y en especial la tarea de la alcaldesa de Arboletes, Diana Stella Garrido Henao,  que ahora repite,  y que con su gran visión y respeto por lo público, no sólo rechazó ser diputada o  congresista, para darle otro impulso a su pueblo como lo hizo en el periodo anterior, si no que ahora le traza su futuro para dar soluciones definitivas a las problemáticas de agua, del volcán, de las vías terciarias y muchos otros proyectos que se trazó en su plan de desarrollo “Un gobierno para todos”.
Simplemente, Urabá llega hasta Arboletes, simplemente,  Urabá es mágica;  Urabá es Antioquia, Urabá es de todos, Urabá es nuestra.