UN CONVERSATORIO QUE DEJA MÁS DUDAS QUE CERTIDUMBRES.

En conclusión, estábamos mejor cuando estábamos peor. Es urgente que una reforma política cambie el sistema de elección de los integrantes del CNE para evitar este tipo de fiascos que no aclaran nada. Que solo sirven para que sus miembros se den vitrina por los medios. Son insultantes a la inteligencia.

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Por: Guillermo Mejía Mejía

UN CONVERSATORIO QUE DEJA MÁS DUDAS QUE CERTIDUMBRES.

Por Guillermo Mejía Mejía

El Consejo Nacional Electoral, presidido por el señor Heriberto Sanabria Astudillo, político de largo aliento, como que fue concejal y alcalde de Florida (Valle), diputado a la Asamblea y representante a la Cámara por tres periodos, (todavía se recuerdan sus insultos en los medios sociales con el ex gobernador del Valle, Ubeimar Delgado), instaló el pasado miércoles 20 de junio, en el  auditorio del IDEA,  un “conversatorio” en el que solamente podían hablar él y los invitados, todos funcionarios públicos, para recordar normas electorales conocidas por todo el mundo. Los asistentes solo podían formular preguntas por escrito.

LAS PERLAS DEL DOCTOR SANABRIA

Después de recordar que el CNE existe y de insistir en sus funciones, entre ellas la de la vigilancia de los procesos electorales en condiciones de igualdad, soltó al auditorio esta perla: Que por primera vez el organismo que él preside iba a pedir cuentas a los grupos significativos de ciudadanos que participen en elecciones como si los anteriores Consejos no lo hubieran hecho, después de 19 años de creada la figura de los grupos significativos de ciudadanos, en la Constitución de 1991 y su posterior reglamentación en la ley 130 de 1994 y en la 1475 de 2011 (inciso 5, artículo 25). El doctor Sanabria al parecer se dirigía a un auditorio de barrio en una campaña electoral.

Luego soltó, nuevamente, la perla de la propaganda electoral que según él está permitida para los aspirantes a cargos de elección popular por firmas, pero sin decir cuál es la norma que lo permite. Esta posición fue ratificada después que él se ausentó del recinto por la magistrada que lo acompañaba Doris Ruth Méndez Cubillos.

Luego hizo una exposición sobre los delitos electorales, con énfasis en el trasteo de votos, para aterrorizar a los asistentes y decir que había sido una medida ejemplarizante la que tomó el CNE de anular cerca de un millón quinientas mil firmas en todo el país, en septiembre de 2015, mediante un programa de computador que cruzó datos con el Sisbén y las entidades de seguro social y concluir, en la peor metida de patas de ese organismo, que esos ciudadanos no vivían donde efectivamente vivían y que por lo tanto no podían votar cerca de su residencia. De ese monumental error todavía quedan los rezagos. Cómo se controla la transhumancia electoral en un área conurbada como es Medellín y los municipios asociados en el Área Metropolitana que tiene 4.256.000 habitantes los cuales pueden dormir en Barbosa y trabajar en Itagüí, por ejemplo, ¿cuál es su residencia? El trasteo de votos es posible controlarlo en municipios aislados unos de otros, pero en zonas unidas geográficamente, como es el Valle de Aburrá, es demasiado difícil y más bien lo que se hace es promover el abstencionismo por la pereza de la gente para desplazarse a puestos de votación lejos de su residencia. O, lo peor, cuando el CNE desconoce su verdadera residencia y tiene la persona que iniciar una serie de trámites ante la Registraduría para poder volver a votar cerca de su residencia.

Por último, dijo, como una extraordinaria novedad, que habrá veedurías electorales y ciudadanas para hacer seguimiento a los procesos electorales que se adelanten en el país. Un representante de las veedurías ciudadanas, presente en el recinto, que ha asistido a los doce comités de garantías electorales anteriores, no se aguantó y espontáneamente se paró y le dijo que, en Colombia, en estos momentos, funcionan más de quince que tienen dentro de sus funciones precisamente la de vigilar las elecciones.

Al “conversatorio” se hizo también presente el señor Registrador, Juan Carlos Galindo, quien habló de la instalación de identificadores biométricos para evitar la suplantación de electores y de jurados por el mecanismo de la huella digital, sistema que ojalá esta vez sí funcione porque mucha gente tiene el problema de unas huellas digitales que los aparatos no leen, principalmente las personas que manipulan productos químicos como jabones de lavaplatos y sustancias utilizadas en minería. Las veces que se ha intentado utilizar esta tecnología, las colas se hacen interminables.

Habló, además, del problema electoral que se va a presentar en los corregimientos de Belén de Bajirá, municipio de Mutatá, Blanquiset, Nuevo Oriente y Macondo de Turbo, donde las gentes dicen que no quieren votar por autoridades del Chocó, según las palabras del Registrador. Sugirió, según le entendimos, que los distintos mandatarios se pusieran de acuerdo para saber por cuáles autoridades electorales iban a votar en esas localidades.

En conclusión, estábamos mejor cuando estábamos peor. Es urgente que una reforma política cambie el sistema de elección de los integrantes del CNE para evitar este tipo de fiascos que no aclaran nada. Que solo sirven para que sus miembros se den vitrina por los medios. Son insultantes a la inteligencia.

Medellín, 20 de julio de 2019