Por: Balmore González Mira

La pandemia me había alejado presencialmente de Urabá, mi contacto visual con esa hermosa región de la cual Llevaba 18 meses privado, sólo lo hacía en las bellas fotografías que algunos amigos me compartían y que lograban hacerme emocionar y al mismo tiempo ponerme melancólico de no poder estar en sus playas, en su mar, nuestro mar, y de disfrutar de sus gentes, de sus paisajes y de su exquisita gastronomía.

No sólo las obras viales faraónicas  que se están construyendo para llegar hasta allí, si no el desarrollo que en la región no parece haber parado, me sorprendieron gratamente. Recorrí con ansiedad todos esos parajes que hacía tiempo no visitaba y logré calmar la ansiedad que tenía, unida a la buena noticia del pronto inicio de las obras de los puertos en Turbo, que nos llenan de optimismo y admiración, por la pujanza y berraquera  de sus empresarios y nativos que piensan en trabajar para generar empleo y desarrollo a las regiones.

El eje bananero transformado por las vías 4G y los diferentes inversionistas queriendo construir país, han logrado que la prosperidad en esta región se mantenga, la sagrada inversión del sector bananero, y con su agricultura y ganadería para beneficio del departamento y la nación, son muy prósperas en esta exuberante región.

Volver a Urabá es recordar esos momentos memorables de los años anteriores cuando compartíamos esas ilusiones y optimismo de sus habitantes que soñaban y siguen soñando los mejores momentos para la región con más futuro de América. Encontré intacto el deseo de empresarios y amigos de mantener la inversión para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, sostuve encuentros que me llenaron de más optimismo sobre lo que debe debe mantenerse como la conexión vial y comercial permanente entre Urabá y el Occidente antioqueño, y lo que va significar la arteria hacia el suroeste por Bolombolo. Me encontré que han mejorado los tiempos y  la calidad  en la prestación de muchos servicios, incluidos los públicos.

Necoclí sigue siendo un maravilloso destino turístico y algunos empresarios de este sector mantienen el aliento y el vigor para  entregar una buena oferta hotelera;  pero capítulo aparte debo dedicarle al municipio del Arboletes, donde a pesar de sus dificultades por el agua, el turismo se convierte en una gran oportunidad para sus habitantes y así lo han entendido los inversionistas, pero lo tiene muy claro la administración en cabeza de esa gran alcaldesa Diana Garrido, líder y dirigente destacada de la región que fomenta y  prepara responsableme eventos para que así suceda. Alcaldesa que ha sabido sortear las dificultades del vital líquido y que hoy ha posicionado a su municipio como uno de los destinos obligados de la región y que por sobre todo sabe que combinar la educación de sus gentes con las potencialidades geográficas y productivas su municipio la seguirán dejando en el sitial que le pertenece como el límite entre Antioquia y Córdoba que lo ha sabido aprovechar como la dirigente más visionaria de esta localidad.

Por sus bellos paisajes, por lo maravilloso de sus gentes, por nuestro mar, por nuestras playas, por su gastronomía, “¡Desde aquí y desde allá, todos  vamos a URABÁ!”