Por: Balmore González Mira

Me reservo el nombre y número del agente de tránsito de Medellín. Me reservo el número del comparendo y me reservo el nombre del taxista que me dio la información; lo que no me reservo es la historia y el atropello cometido en plena pandemia, donde conseguir hacer las carreras para ajustar la cuota de la liquidación es un milagro. Los conductores de taxis pasaron de liquidar 80 y hasta 85 mil pesos día, a liquidar entre 30 y 60 mil, los cuales muchas veces no son capaces de ajustar.

El pasado 12 de abril en horas de la tarde, me dice este sincero conductor de taxi, a quien le prometí hacer pública la historia,  estaba en la fila del acopio de taxis de la terminal del norte, lugar donde ellos llegan a esperar hasta una hora para coger una buena carrera que marque en el taxímetro más del mínimo y de paso ahorrar gasolina y no salir a roletear por la ciudad en espera de que algún parroquianos requiera sus servicios. La fila de taxis en el acopio es larguísima y más en esta época de cierre parcial de la economía. Al llegar al lugar apagan los vehículos para no consumir gasolina. El personaje de este atropello vivía tal situación y había muchos taxis adelante por lo cual dejó rodar el suyo para esperar su turno; al momento estaba hablando por celular y corría unos metros su vehículo apagado. Al observar esta escena, un agente de tránsito procedió a hacerle un comparendo, ante lo cual el conductor le dijo que no lo hiciera, que no estaba conduciendo ni siquiera estaba de primero en la fila. Estas razones no sirvieron de fundamento a lo cual las cambió por súplicas ante la pandemia y la situación económica padecida.  No hubo comprensión ni escucha, el comparendo fue elaborado. El conductor multado injustamente, hizo el curso y juicioso como el que más,  fue y pagó con el producido de varios días de trabajo. Una multa a todas luces injusta.

Se acaba de posesionar como Secretario de Movilidad un hombre que ha recorrido las calles y sabe cómo viven los jornaleros y asalariados de la ciudad porque él las ha conocido de primera mano. Me comprometí a contar esta historia para que se haga justicia. Y me comprometo a que sí Carlos Mario Mejía, El Flaco Mejía, corrige esta irregularidad, también contaré la historia, para bien de la buena administración pública. En el principio de que cuando el estado, a través de uno de sus servidores se equivoca,  no debe esperar a seguirse equivocando, si no que debe corregir para buen de los administrados.

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1 Comentario

  1. Falta escuchar la otra historia , por qué ellos en la terminal si sale una carrera mínima no lo llevan a uno y bloquean la terminal en la parte de atrás no dejen salir el bus del metro , tampoco los buses intermunicipales etc

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